El Mercurio: Colegios con lucro: excedentes son 8,5% de sus ingresos, gastan menos en sueldos y solo 33% cobra copago

Por M. Toro

Un informe sobre sostenedores de colegios elaborado por el Ministerio de Educación afirma que el 82% posee apenas un recinto. Solo 7% -que incluye a todos los municipios, pero también a algunos consorcios privados- tiene cuatro o más.


De los planteles subvencionados, el 78% está organizado con fines de lucro, atendiendo a 950 mil niños. Tienen alta presencia en zonas rurales, se concentran en sectores vulnerables y solo un tercio cobra a las familias.

Esa es parte de la información que revelan los datos del Ministerio de Educación y la Superintendencia analizados por especialistas del CEP y la Fundación Acción Educar.

Según los reportes financieros, 8,5% de los ingresos que recibe el sistema subvencionado con lucro queda como excedente ($80 mil millones). En contraste, en los planteles que no buscan utilidades, este ítem es solo 3,7% ($17 mil millones). Sin embargo, no hay cifras claras de cuánto de este saldo es ganancia y cuánto se reinvierte.

Considerando que los colegios con fines de lucro son tres veces más que las fundaciones, al calcular cuántos son los excedentes por colegio, se advierte que en promedio llegan a $16 millones al año, cifra similar a la de los que no persiguen utilidades.

“Aquí se ha instalado la idea de que todos los sostenedores organizados como sociedades comerciales no tienen buenos resultados y, además, retiran una importantísima cantidad de recursos. Eso no es correcto, porque la gran mayoría de ellos tiene un solo establecimiento y no tiene margen para retirar utilidades más allá de un sueldo acotado”, comenta Raúl Figueroa de Acción Educar.

Las otras diferencias

Más allá de los excedentes, donde sí se advierte una diferencia significativa es en el gasto en sueldos. Para los recintos sin lucro, en estos pagos se va el 74% de los ingresos, mientras que para las sociedades comerciales, la proporción baja a 63%. Considerando que los últimos son más establecimientos, el gasto real en salarios de quienes lucran es casi la mitad de lo que invierten las fundaciones.

Esto último es relevante si se considera que la matrícula es mayor en los establecimientos que buscan ganancias.

De todas formas, un estudio de Acción Educar muestra que hay matices en el comportamiento de estos recintos. Al analizar dónde se emplazan y cómo se organizan, los investigadores detectaron que ellos reciben al 65% de los niños más vulnerables del sector particular subvencionado.

Dos tercios de ellos son laicos y solo un tercio cobra a las familias. En promedio, $19 mil, casi lo mismo que el cobro de los que no tienen fines de lucro ($20 mil). Entre estos últimos, la mitad pide un aporte a las familias.

El proyecto

La reforma presentada por el Gobierno plantea que los sostenedores deberán cambiar su rol a fundaciones sin fines de lucro en un plazo de dos años desde que se promulgue la ley. A juicio de las autoridades, esto es fundamental, porque así los recursos públicos no irían a los dueños, sino que se invertirían en educación.

Pese a ello, tanto los sostenedores como Figueroa plantean que este cambio es muy complejo y no tiene real impacto en la calidad. Sobre todo, al considerar que si bien los planteles que lucran tienen peor Simce que los que no lo hacen, sí son mejores que los recintos públicos.

“No olvidemos que hay un sistema de aseguramiento de la calidad funcionando, y es mejor abordar y apoyar a los colegios que tienen malos resultados o regular en qué se usan los recursos más que hacer un plan con tanto costo fiscal (por la compra de colegios)”, sostiene Figueroa.

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