Estudio gratuidad universitaria en Argentina: ricos captan 2,5 veces más beneficios que vulnerables

AcciónEducar realizó un estudio que analiza el sistema universitario argentino desde la perspectiva de la equidad y eficiencia, y muestra cómo ha impactado la política pública de la gratuidad universal y la admisión abierta.

A pesar que estos elementos se han venido considerando como políticas claves para la igualdad de oportunidades y movilidad social, las cifras muestran que esta política no ha sido eficiente en el cumplimiento de dichos objetivos.

Es relevante conocer y analizar las consecuencias de las medidas tomadas en este país, considerando lo que propone el programa de gobierno de la presidenta Bachelet respecto a generar gratuidad universal para el sistema universitario chileno.

Principales cifras

En Argentina las universidades estatales son gratuitas en carreras de pregrado, financiada con fondos públicos, y no cuentan con sistemas de admisión (salvo excepciones). En estas universidades se encuentra el 80% de la matrícula total.

Se puede apreciar que en Argentina, mientras el 57% de los jóvenes del quintil más rico asiste a educación superior, sólo un 18% lo hace en el quintil de jóvenes más desfavorecidos. Este nivel de inclusión de los alumnos más vulnerables es superior al de varios países latinoamericanos como Brasil (5%), Colombia (9%), Uruguay (4%), pero es inferior al de Chile (21%).

Respecto a la equidad del gasto público, mientras la gratuidad de la educación primaria beneficia principalmente a las familias de los deciles más bajos en Argentina, pasa lo contrario en la educación superior. En ella, mientras el quintil más rico se beneficia con el 30% del gasto público total, el quintil más pobre lo hace con apenas el 12%. Es decir, los ricos captan 2,5 veces más beneficios de la gratuidad en el nivel superior y universitario que los pobres.

Además, Argentina se caracteriza a nivel mundial por ser uno de los países con menor graduación en proporción a los estudiantes que ingresan a la universidad. La relación de graduados cada 100 alumnos nuevos es de 27, mientras que esta tasa es de 50% en Brasil, 59% en Chile, 61% en México y 91% en Japón. La tasa de graduados es casi el doble en el sector privado que en el estatal (40 graduados cada 100 alumnos versus 23).

Junto con lo anterior se tiene que los alumnos se toman un 60% más de tiempo para completar sus estudios, que la duración teórica de las carreras (Gonzáles y Menéndez, 2001). Algunas de las posibles causas de este fenómeno serían la ausencia de exámenes de ingreso y la gratuidad completa de los estudios, ya que a los jóvenes no se les pediría que hagan un esfuerzo, ni intelectual ni financiero, para ingresar a las universidades, incluso las más prestigiosas (Rabossi, 2013).

Se observa a través de estas cifras que la política de gratuidad universal no garantiza una mayor equidad e inclusión en el sistema.

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