Indicadores de universidades no adscritas a la gratuidad 2016

Las universidades acreditadas no adscritas a la gratuidad definida por la glosa presupuestaria son un grupo heterogéneo de instituciones. Son 13[1] planteles que tienen alrededor de 230.000 alumnos matriculados de pregrado y postgrado.

A continuación se describen algunos resultados e indicadores de estos establecimientos de educación superior en áreas como investigación, calidad medida como acreditación e infraestructura.

  1. Acreditación: el promedio de acreditación de estas instituciones es de 4 años (3.8). Seis de ellas tienen 4 años o más[2] y dos están acreditadas en todas las áreas[3] (Solo 13 de las 60 instituciones del país tienen esta característica). En total, las universidades acreditadas ofrecen 173 carreras de pregrado acreditadas (Fuente: CNA).
  1. Investigación: medido a través del número de publicaciones WOS- Scielo, estas instituciones sumadas produjeron alrededor del 10% de los artículos científicos en el país. Tres instituciones publicaron más de 100 artículos WOS-Scielo al año durante el 2014 (UNAB, UDD y UAndes), y una de ellas (UNAB) publicó más de 400 artículos, y tres de ellas acreditadas en investigación (UNAB, Universidad Adolfo Ibáñez y UAndes). Las universidades acreditadas fuera de la gratuidad imparten 13 magíster acreditados, 9 doctorados acreditados y 12 especialidades médicas acreditadas, y emplearon durante 2015 a más de 2.000 académicos con grado de doctor y 8.500 con grado de magíster (SIES 2015).
  1. Ranking: En el ranking internacional QS (2015) tres instituciones de este grupo se encuentran dentro de las primeras 100 universidades de América Latina (UAI, Universidad de los Andes, y UNAB) una dentro de las primeras 50 (UAI). La UAI es 11° a nivel latinoamericano en “prestigio con los empleadores”, y la UNAB es 41° a nivel latinoamericano en” citas por artículo publicado”. Ninguna universidad chilena, además de la Universidad de Chile y la Universidad Católica, figura en otro ranking internacional. En relación a los rankings nacionales (América Economía), dos de las universidades de este grupo se ubican entre las 10 mejores del país (Universidad Adolfo Ibáñez y de los Andes).
  1. Infraestructura (m² construidos): Tres universidades privadas acreditadas que no pertenecen al Consejo de Rectores y que no suscribieron a la gratuidad para el próximo 2016, se ubican dentro de las 10 universidades acreditadas de todo el sistema que presentan mayor cantidad de metros cuadrados construidos, ocupando el tercer, cuarto y sexto lugar[4]. Si se excluye del análisis a las universidades del CRUCH y a las cinco privadas que decidieron sumarse a la gratuidad y se divide el número de metros cuadrados construidos por la matrícula total de pregrado al 2015 para cada institución, se tiene que los primeros cinco lugares corresponden a la Universidad Santo Tomás, la Universidad Tecnológica de Chile, la Universidad de los Andes, la Universidad San Sebastián y la Universidad Mayor. Además, del total de metros cuadrados construidos en el sistema universitario que cuenta con acreditación, un 26% es aportado por las universidades privadas que no adhirieron a la gratuidad.
  1. Volúmenes en biblioteca por alumno: Del total de volúmenes en biblioteca disponibles para todo el sistema universitario acreditado, un 12% se encuentra a disposición de los estudiantes que asisten a instituciones que no se sumaron a la gratuidad. Además, si se divide el número de volúmenes en biblioteca por la cantidad de alumnos matriculados en carreras de pregrado en cada institución al año 2015, se observa que sólo una universidad de este grupo se encuentran dentro de las 10 instituciones que más libros posee por estudiante[5]. Al excluir a las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores y a las privadas que suscribieron a la gratuidad, aparecen en el análisis la Universidad de los Andes, la Universidad Adolfo Ibáñez, Universidad Bernardo O’Higgins y la Universidad del Pacífico (ocupando los lugares del 2 al 5, respectivamente). 
  1. Alumnos por Laboratorio: Del total de laboratorios existentes en universidades acreditadas a lo largo del país, un 21% está bajo la propiedad de universidades privadas no gratuitas, siendo la Universidad Andrés Bello el tercer establecimiento que más instalaciones de este tipo tiene. Si además se construye un indicador por alumno (resultante de la división entre el total de estudiantes matriculados en carreras de pregrado el año 2015 en cada universidad y el número de laboratorios y talleres que posee cada uno de estos establecimientos[6]), al observar sólo a las universidades privadas acreditadas y sin gratuidad, se observa que las instituciones que lideran en este indicador son muy heterogéneas entre sí: dentro de las cinco primeras es posible encontrar a la Universidad de Viña del Mar, a la Universidad del Desarrollo, a la Universidad Mayor, a la Universidad Adolfo Ibáñez y la Universidad Andrés Bello, respectivamente.
  1. Superficie construida de laboratorios y/o talleres: Del total de metros cuadrados construidos en talleres y/o laboratorios en el sistema universitario acreditado, un 22% es aportado por universidades privadas acreditadas y sin gratuidad. Si este indicador se realiza a nivel de alumno, la universidad privada sin gratuidad que presenta mayor ratio corresponde a la Universidad Mayor, con 1,2 m² de laboratorio por alumno, seguido por la Universidad del Desarrollo y la Universidad de Viña del Mar con 1,09 y 0,83 metros cuadrados de laboratorio por estudiante, respectivamente.
[1] Universidades de los Andes, Andrés Bello, Adolfo Ibáñez, Mayor, del Desarrollo, Central, Bernardo O’Higgins, Academia de Humanismo Cristiano, Viña del Mar, del Pacífico, San Sebastián, Santo Tomás, Tecnológica de Chile INACAP.
[2] Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Bello, de Los Andes, de Viña del Mar, del Desarrollo, Mayor y San Sebastián.
[3] Universidad de los Andes y Universidad Adolfo Ibáñez
[4] Estas universidades son la Universidad San Sebastián, la Universidad Andrés Bello y la Universidad Mayor, respectivamente.
[5] Esta universidad corresponde a la Universidad de Academia de Humanismo Cristiano.
[6] Notar que en este caso, un número más pequeño es mejor, ya que indica que un laboratorio debe ser compartido entre menos alumnos, aumentado la probabilidad de que cada estudiante lo utilice con mayor frecuencia o de que éste se encuentre disponible cuando lo necesite.