La propuesta de Acción Educar, que logró conseguir más de 28 mil firmas, busca que la nueva Constitución consagre el derecho a la educación, la libertad de enseñanza y el derecho preferente de los padres a elegir la educación para sus hijos.
Revisa aquí la presentación completa.
“Esta iniciativa la impulsamos con el apoyo de miles de ciudadanos y apoderados que buscan la mejor educación para sus hijos”, así comenzó su presentación ante la Comisión de Derechos Fundamentales Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar; y Francisca Figueroa, investigadora y abogada del centro de estudios.
Ambos fueron invitados para exponer ante dicha instancia la propuesta que lideró Acción Educar que busca asegurar el derecho humano a la educación, la libertad de enseñanza y el derecho preferente de los padres de elegir la educación para sus hijos. Ésta fue la séptima iniciativa popular de norma en conseguir el respaldo necesario (28.942 firmas) para ser discutida en la Convención y la primera en educación.
Durante su exposición, Rodríguez comentó que el apoyo que recibió la iniciativa de Acción Educar “no nos sorprende”, pues estos derechos están consagrados “en la Declaración Universal de Derechos Humanos y desde ahí se les ha incluido en diversos tratados internacionales que Chile ha suscrito”. Pero, ¿cómo nace esto? El experto explicó que “surge como una reacción frente al abuso de los regímenes totalitarios de educar a todos los niños conforme a una única visión, contra la voluntad de los padres. Esta amenaza no ha caducado, y es por eso que la Constitución que elabora esta Convención tiene la obligación de proteger al pueblo de Chile de ella, otorgando y garantizando el derecho a elegir una educación distinta a la estatal. Venimos a insistir en esa obligación”.
Ejes de la iniciativa popular
La propuesta para la nueva Constitución de Acción Educar tiene como centro “a las personas y a su capacidad y derecho de autodeterminarse libremente conforme a sus propias elecciones, sin por ello desatender la dimensión social y colectiva de la educación. La educación particular no es ni debe ser una isla, pues comparte con la estatal su función pública, los objetivos generales y un marco regulatorio que asegura la fe pública y la calidad”.
Otro de sus ejes es la diversidad. “Las personas tenemos diversas creencias, culturas y cosmovisiones. Los pueblos originarios dan especial testimonio de ello. Pero no son los únicos: las personas quieren poder elegir un proyecto educativo que se acomode de la mejor forma a sus intereses y convicciones”, expresó Rodríguez.
Por último, que los derechos se garanticen de una manera adecuada: “Sin financiamiento público, la libertad de elección puede terminar en un que solo quienes tienen los recursos puedan elegir la educación que quieren, y esto tiene validez tanto desde los primeros años como para los jóvenes o adultos que eligen la carrera técnica o profesional en las instituciones de educación superior. No puede ser que se imponga a los niños y jóvenes un solo modelo educativo, o que bien, sin prohibir otros, el Estado sólo financie un tipo, forzando a quienes carecen de recursos, obligados a aprender conforme a las elecciones del Estado”.
Al finalizar su presentación ante la Comisión de Derechos Fundamentales, el director ejecutivo de Acción Educar se dirigió a los convencionales manifestándoles que “hoy más de 2 millones de niños y jóvenes y más de 496 mil estudiantes de la educación superior ejercen estos derechos, gracias al apoyo financiero del Estado y los contribuyentes. Privarlos de ellos es un retroceso inaceptable. Por eso, los llamamos a dar su apoyo a esta propuesta”.
Revisa aquí la presentación completa ante la Comisión de Derechos Fundamentales.
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