El estudio que se expone a continuación busca evaluar la productividad y eficiencia de la producción científica de las universidades privadas del país, entendiendo por producción científica la elaboración de artículos indexados en revistas de investigación –comúnmente llamados papers– y capítulos de libros publicados en editoriales reconocidas. La recopilación de estos trabajos es realizada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y publicada en la página dataciencia.cl.
Resumen ejecutivo
– De acuerdo a fuentes oficiales, se observa que en el país se ha producido un gran aumento de publicaciones científicas en los últimos años, con un crecimiento acumulado de 128% entre los años 2012 y 2020.
– Desagregando por institución, se observa que las universidades privadas creadas después de 1980 han crecido un 309% en el periodo, aproximadamente el triple que las universidades estatales (118%) y las universidades del G9 (85%).
– Si consideramos la eficiencia de las instituciones de acuerdo a diversos indicadores, todos muestran la misma tendencia. En todos los casos se tiene que las universidades privadas presentan una mayor tasa de crecimiento que las universidades estatales y sus pares del G9, alcanzando crecimientos entre 2 y 5 veces más grandes.
– Al mismo tiempo se observa que la cantidad de JCE con doctorado –principales investigadores en las universidades- ha aumentado un 90% entre el 2012 y el 2020 a nivel país. Las universidades privadas han aumentado un 200% y explican el 36% del aumento del periodo, siendo las instituciones con mayor influencia para la atracción de nuevos profesores con doctorados.
– Lo más destacable es que las universidades privadas, a diferencia de las estatales y del G9, no reciben fondos por parte del Estado para investigación, financiando casi la totalidad de sus gastos a través de aranceles. Estrategias utilizadas comúnmente en la OCDE, como beneficios impositivos, podrían incentivar aumentos en la investigación de las universidades privadas.
Algunas conclusiones
Se observa que la investigación en Chile ha presentado un importante aumento en los últimos años, acercándose al nivel de países desarrollados y a pesar de contar con niveles de gasto en R&D considerados bajos al compararlos con el promedio invertido por los países de la OCDE. Se concluye que este avance se debe en parte al sostenido crecimiento de las instituciones que tradicionalmente han sido consideradas las principales instituciones investigadoras del país, pero fundamentalmente a la explosiva aparición de nuevas universidades investigadoras, muchas de ellas privadas y con bajo aporte estatal, que muestran niveles de producción y eficiencia que se encuentran a la altura de instituciones con una mayor historia y trayectoria.
En ese sentido, se recomienda que el estado chileno invierta más en investigación y desarrollo para el país, debido a que genera una gran cantidad de beneficios tanto públicos como privados. Para esta inversión, no debe existir discriminación entre instituciones, sino que se debe fomentar la colaboración entre instituciones y la generación de conocimiento interdisciplinario. En ese sentido, una forma de entregar estos recursos pueden ser beneficios impositivos, estrategia muy utilizada por varios países de la OCDE (OCDE, 2021) para financiar investigación, representando alrededor de un 60% del apoyo a instituciones para el desarrollo e investigación, mientras que en Chile es un porcentaje muy pequeño, menor a un 30%, de los recursos entregados a las instituciones (OCDE, 2021).
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