Por Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
Sr. director,
Quisiera complementar su editorial del día domingo sobre aseguramiento de la calidad en educación superior con algunos antecedentes.
Recientemente, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) ha sometido a consulta de las instituciones —se excluye vergonzosamente a la sociedad civil y se elige inexplicablemente el mes de febrero— una nueva propuesta de criterios y estándares de acreditación para doctorados. Esta propuesta se elaboró en un proceso opaco, sin representantes de varias instituciones de prestigio, argumentando que solo se incluiría a universidades “consorciadas”, categoría arbitraria e inexistente en el sistema.
A esto se agrega que, por lentitud del Ministerio de Educación, la CNA funciona hoy con apenas ocho de sus 15 miembros, por lo que sus acciones, tanto el borrador de criterios que hoy consulta como su capacidad de procesar dicho proceso, son sesgadas y cuestionables en su legitimidad.
Dada la importancia de la educación superior y el resguardo de su calidad, esta forma de proceder debiera quedar en el pasado.