Por Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar.
Sr. director:
A propósito de la carta publicada el lunes, de los parlamentarios Latorre y Rojas, es relevante precisar una serie de cuestiones.
Los legisladores plantean una condonación universal de las deudas del CAE, pues este habría provocado un endeudamiento altísimo. Pongamos las cifras sobre la mesa. Actualmente un 57,24% de los deudores se encuentra al día en su pago y la deuda activa promedio —incluyendo a los morosos— es poco más de $7.000.000 en el caso de los egresados y de $4.500.000 para los desertores. Si bien hay personas que efectivamente están sufriendo un agobio importante, no es el caso de todas y una condonación total, equivalente a 9.500 millones de dólares, terminaría destinando recursos a quienes no lo necesitan, y los tiempos no están para ello.
Por otra parte, los parlamentarios trazan una mirada de la educación estatal y gratuita, criticando duramente a las instituciones privadas. Desconocen el aporte que han tenido para fortalecer el nivel terciario y entregar oportunidades para que más personas puedan acceder a este, cubriendo una demanda que el Estado se ha mostrado incapaz de satisfacer. En vez de limitar nuestro sistema, debiéramos fortalecer la riqueza de un nivel diverso. Cabe recordar que la Ley N° 21.091 garantiza un mínimo de calidad con la obligatoriedad de la acreditación y la fiscalización de la superintendencia para evitar irregularidades.
Con todo, las propuestas debieran ir en la línea de mejorar el diseño de la política, sin perjudicar los avances que hemos logrado ni los futuros. Así parece más viable mejorar las condiciones del crédito, de manera que quienes no tienen capacidad de pago por cesantía o ingresos muy bajos sean subsidiados por el Estado y avanzar en medidas más progresivas, como cuotas de contingencia según el nivel de ingresos.