Por María Jesús Castro, investigadora de Acción Educar.
Señor director,
En la columna de ayer, ‘Reforma a la educación superior, oportunidad perdida’, se afirma, como aspecto negativo, el reemplazo del Sistema Único de Admisión. Sobre esto es importante señalar que la PSU ha sido fuertemente criticada, entre otras razones, por perpetuar sesgos socioeconómicos y de género, y por ser un mal predictor de desempeño en la educación superior. Incluso dos auditorías internacionales -ETS y Pearson- entregaban una serie de propuestas para mejorar estos problemas. Hasta hoy, la prueba se ha mantenido sin cambios sustantivos y el CRUCh, presionado por estas críticas, decidió crear un comité técnico para evaluar el instrumento de selección, el cual, inexplicablemente, hasta el día de hoy aún no se pronuncia.
La creación del sistema de acceso establecido en la nueva Ley de Educación Superior, que involucrará a más actores y tendrá un sistema especial para quienes provienen de la educación técnica, es una oportunidad única para subsanar las deficiencias del actual sistema.