Por Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar.
Señor Director,
No es la primera vez que se plantea la propuesta de condonar el CAE, por ello, vale la pena hacer algunas precisiones. No todos los deudores están en la misma situación ni tienen sobreendeudamiento. De hecho, el 50% tiene una deuda menor a los $5 millones y el 51% está al día en sus pagos.
Si bien existen casos de agobio -en especial de quienes desertaron de sus carreras- no es la regla general. Es relevante tener presente que un sistema de créditos descansa en la movilidad social que permite la educación terciaria y que hace viable financieramente para el estudiante retribuir una vez egresado lo que se le aportó para sus estudios.
El alto costo que significa para el Estado la condonación (USD 9.000 millones) requiere tener especial consideración de lo anterior. Además, en los últimos años el gasto en educación superior ha aumentado un 160%, duplicando lo esfuerzos de la OCDE.
Teniendo presentes las falencias que ya presenta la gratuidad, debemos ser capaces de discutir seriamente alternativas que sean más sustentables, ello pasa por mejorar y fortalecer un sistema de créditos contingentes a los ingresos. Sin embargo, propuestas de este tipo solo deslegitiman el instrumento sin dar una alternativa de mejora, incentivando su no pago y afectando seriamente su sustentabilidad.