Por Borja Besa, investigador legislativo de Acción Educar.
Señor Director,
Ayer lo parlamentarios de oposición dieron un lamentable espectáculo al rechazar en la Comisión Mixta de Educación el proyecto de ley que consagra la obligatoriedad del Kínder, para adecuar la normativa a lo ya establecido en nuestra Constitución desde 2013.
Luego de una larga discusión, y tras haberse superado mediante distintas indicaciones las observaciones técnicas que se hacían a la iniciativa, los honorables decidieron “castigar” al Ministerio de Educación rechazando lo fundamental de este proyecto, el cual relevaba la importancia de este nivel para los niños y niñas de nuestro país, especialmente en los sectores más vulnerables, ayudando a combatir el ausentismo crónico que le afecta e inyectando recursos en infraestructura para su cobertura.
Encontrarse con frases tales como “me voy a abstener porque los argumentos no tienen que ver exactamente con la ley” o “detrás de esta votación hay una crítica al ministerio”, o escudarse en puntos que están reconocidamente resueltos; no hace más que demostrar que, una vez más, el proceso fue instrumentalizado, dejando de lado el fondo, la educación de los niños, y anteponiendo intereses políticos y personales por sobre la labor que juraron realizar.