Por Pablo Arias, investigador de Acción Educar.
Señor Director:
Una de las recomendaciones del reporte de la ONU emitido esta semana es abordar las pérdidas de aprendizaje ocurridas durante el cierre de las escuelas y prevenir el abandono escolar, sobre todo en aquellos grupos que históricamente han sido marginados.
Cifras del Ministerio de Educación señalan que 185 mil niños y jóvenes se encuentran completamente excluidos del sistema escolar, y que dicha cifra podría aumentar en un 40% como consecuencia de los rezagos en la enseñanza y de las disímiles oportunidades de aprendizajes de los alumnos durante el periodo de suspensión de clases presenciales.
Este conjunto de condiciones hace que la deserción académica se convierta en uno de los mayores desafíos que deben enfrentar hoy las comunidades educativas, sobre todo las que están pensando en un retorno gradual a las aulas. Para ellas, el llamado es a generar planes estratégicos y acciones que aborden la deserción escolar desde una mirada sistémica, involucrando a todos los actores educativos, mejorando la detección oportuna de estudiantes en riego de abandono escolar, y promoviendo trayectorias escolares positivas.
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