Por Borja Besa, investigador legislativo de Acción Educar.
Señor director,
Hace casi ocho años que el kínder obligatorio está establecido en nuestra Constitución. De hecho, esto se llevó a cabo a través de una reforma constitucional que fue aprobada por unanimidad en el Congreso. Para que fuera posible ponerlo en práctica tenía que ser ley; sin embargo, la Cámara de Diputados y Diputadas esta vez decidió rechazarlo cerrándole la puerta en forma definitiva a la iniciativa.
Cuesta creer y preocupa que en una república democrática como la nuestra exista una contradicción entre lo que dice la Carta Magna y la normativa. Es decir, que algo esté escrito en la Constitución no es garantía de que se respete.
Este escenario es lamentable, más aún cuando los que pierden son los niños y niñas del país.