Por Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
Señor director,
En su columna titulada como esta carta, el rector Ignacio Sánchez se une a quienes hemos puesto en evidencia la necesidad de reformar sustancialmente la Ley de Educación Superior, aprobada a matacaballo, a pesar de sus evidentes deficiencias.
Sin embargo, estas modificaciones no pueden ser simplemente un traje a la medida para las instituciones que aceptaron la gratuidad sabiendo las consecuencias negativas que tendría en sus proyectos. Quejarse del control estatal, de la fijación de precios y vacantes y adscribir al mismo tiempo a la gratuidad es una contradicción preocupante. Tampoco puede ser solo una corrección de detalles de las múltiples desprolijidades que resultaron de una tramitación acelerada.
La reforma a la reforma que todos debemos impulsar debe poner en primer lugar la autonomía institucional, un sistema de financiamiento sustentable y solidario, la libre elección de los estudiantes y la diversidad del sistema.
Leer carta al director en La Tercera.