La medida tomada por el Cruch quiere proteger los datos de los postulantes. Hay críticas de parte de las instituciones privadas, quienes acusan que ofrecer beneficios no tiene nada de malo.
Los estudiantes que rinden la PSU ya no recibirán tantas llamadas de planteles universitarios ofreciendo sus beneficios. Eso con una medida aprobada por el Consejo de Rectores y que limita el acceso a datos de los postulantes.
La restricción a las casas de estudio tiene como objetivo proteger los datos que se entregan en la inscripción para dar la prueba de admisión.
En conversación con CNN Chile, el director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez, explicó que “es una medida que afecta directamente a las alternativas de los alumnos”.
“Es una gota que rebalsó el vaso, la Ley de Educación Superior consolidó de manera permanente la discriminación y el trato desaventajado que tienen las universidades privadas versus las del Cruch, se trata sólo de agregar una medida arbitraria más a un sistema que ya es desigual”, enfatizó.
Por su parte, en declaración a El Mercurio, la directora del Sistema Único de Admisión, María Elena González, explicó que “llegó un momento en que, por un lado, como se entregaban las bases, (las universidades) comenzaban a llamar a los estudiantes y eso no es una buena práctica. Se supone que los resultados tienen que tenerlos los estudiantes, y bajo su propia reflexión y análisis, postular. No (se tiene que) asumir ese periodo como un tiempo para recibir ofertas de distintas instituciones. En ese sentido queda mucho más transparente el proceso”.
En esa línea, precisó que las bases de datos se entregarán “innominadas”, es decir, sin identificación ni datos de contacto, lo que evitaría las llamadas de ofertas de diferentes planteles ajenos a las preferencias inscritas por los postulantes.