El hombre es un animal de costumbres, buenas y malas. Y si bien durante este primer año de gobierno del Presidente Gabriel Boric nos hemos impresionado con las volteretas que han dado en todo ámbito de materias, pareciera ser que poco a poco hemos ido perdiendo esa capacidad de asombro, acostumbrándonos a los increíbles cambios de dirección que da la administración en todo sentido. En materia educacional la cosa no es diferente.
En una entrevista por televisión, el ministro de Educación habló acerca del Plan de Reactivación Educativa que está siguiendo el Gobierno, y específicamente sobre la estrategia y diagnóstico de reactivación de la lectura que dieron a conocer. Como elemento fundamental aparece el diagnóstico, por medio de un sistema sencillo que se aplicará en cada colegio y sobre todo por los resultados que tendremos del Simce realizado el año pasado. Ese mismo Simce que, pese a no haberse tomado en cuatro años y con una pandemia devastadora de por medio, el ministro trató por todos los medios de suspender, pero que afortunadamente el Consejo Nacional de Educación mantuvo.
Ahondando un poco en cómo se lleva a cabo esta iniciativa por parte de los establecimientos educacionales, el jefe de la cartera comentó que, con la información obtenida, el equipo directivo puede diseñar la estrategia, pensando entre otras cosas, y me permito citarlo de manera textual, “en qué vamos a ocupar las horas de libre disposición, que muchas veces se ocupaban para distintas actividades, puede ser perfectamente para un taller de lectura, para trabajar cuenta cuentos, para trabajar la escritura…”
La memoria es frágil, pero no tanto, y existimos algunos que todavía nos asombramos con las volteretas. Recordemos que hace pocos meses un grupo de diputados oficialistas presentó una moción parlamentaria precisamente para prohibir esto, con un proyecto de ley que establecía que estas horas de libre disposición en ningún caso podrían ser utilizadas para aumentar las horas de las asignaturas obligatorias establecidas en el currículum nacional.
El Mineduc concurrió a la comisión agradeciendo y felicitando la moción de sus parlamentarios. Pese a todas las advertencias realizadas en relación a la situación educacional a las que nos estamos viendo enfrentados, continuaron firmes en su propósito, imponiendo su mayoría con la que cuentan en la Comisión de Educación. Felizmente, la sala rechazó el proyecto y nuevamente el deseo oficialista, así como en la suspensión del Simce, no vio la luz. Esto permite que hoy los establecimientos sí tengan la libertad para poder usar estas horas en la recuperación de aprendizajes y llevar a cabo actividades como las que ahora valora el ministro.
Lamentablemente para todos los estudiantes del país y sus familias, hace un tiempo sí lograron imponerse en otro de los afanes que tuvieron, como fue mantener las escuelas cerradas. La entonces oposición, ahora Gobierno, junto al Colegio de Profesores, fueron implacables he hicieron sucumbir todos los intentos del exministro Figueroa por abrirlas lo antes posible, llegando incluso a acusarlo constitucionalmente. Luego vendrían las vueltas, los arrepentimientos y su comprensión de que las escuelas debían ser las primeras en abrir y las últimas en cerrar. Pero el daño ya estaba hecho, y mientras los centros comerciales, discotecas, restaurantes, y otros, estuvieron abiertos, los niños no pudieron acudir a sus colegios.
Como resultado de esto, la brecha que todos queremos acortar aumentó aún más, al ser los colegios de dependencia pública los últimos en abrir. Curiosa maniobra de los que dicen ser defensores de la educación pública.
Siempre es difícil asumir los errores, y este Gobierno lo ha hecho con creces, pero las familias de Chile merecen más. Habiendo enderezado el rumbo luego de un año y puesto la prioridad donde corresponde y siempre debió haber estado, esperemos nos sorprendan manteniendo esta línea.