Por Pía Turner, encargada de Proyectos de Acción Educar.
El 2020, desde Acción Educar y la Dirección de Educación Pública, convocamos a una mesa de expertos en salud mental y educación, con el fin de diseñar cuestionarios que les sirvieran a los docentes para conocer la situación de sus estudiantes durante el cierre de sus jardines infantiles y escuelas. Luego, fueron aplicados por el Servicio Local de Educación de Chinchorro, permitiendo apreciar parte de larealidad de sus familias desde su propia perspectiva.
Con respecto al nivel parvulario, obtuvimos datos de 1.330 niños y niñas, a través de sus propias respuestas y las de sus apoderados. Un 25% de estos últimos marcó que, con la pandemia, su hijo había aumentado la frecuencia con la que mostraba 10 de 15 conductas regresivas, como miedo a estar solo o problemas para dormir.
De los estudiantes, un 34% de los matriculados de PreKíndera 4° Básico señaló sentir altos niveles de aburrimiento, el 17% de preocupación y un 51% de alegría. A su vez, un 48% de los alumnos entre 5° y 7° Básico, un 64% de los entre 8° Básico y II Medio, y un 73% de los de III y IV Medio; marcaron haber sentido “muchas veces” emociones que los expertos relacionan a la sintomatología depresiva.
Llama también la atención que, relacionado a la vida social, aproximadamente un 30% de los estudiantes de 5° y 7° Básico, un 20% de los de 8° Básico a II Medio y un 10% de los de III y IV Medio; reportó que no se había contactado con amigos para hablar de temas no relacionados con el colegio durante la pandemia. El grupo de pares es clave para el desarrollo de la identidad de los adolescentes, y los vínculos que forman en sus escuelas sirven para prevenir su deserción del sistema educacional. Estos números podrían ser una señal de un problema al nivel de estos vínculos, lo que debe ser analizado en mayor profundidad para cada curso.
Por último, al preguntarle a los estudiantes entre 5° Básico y IV Medio sobre si les había gustado recibir educación a distancia, la gran mayoría respondió que no.
Estos resultados son consistentes con los que han levantado otras encuestas y estudios, tanto en Chile como en el resto del mundo, y que confirman que los estudiantes de todas las edades han sufrido por los efectos de la pandemia. Sin embargo, Chile es uno de los países en el que los establecimientos educacionales han permanecido cerrados por más tiempo, implicando que nuestros niños y jóvenes han tenido menos acceso a los factores protectores de su bienestar que derivan de asistir a sus jardines infantiles y colegios, y de encontrarse con quienes componen sus comunidades.
Ahora bien, estamos en el comienzo del segundo semestre del año escolar 2021 y se asoman nuevas esperanzas para nuestros estudiantes. Esto, porque aquellos establecimientosque ya han abierto sus puertas no deberán volver a cerrarlas cuando sus comunas pasen a cuarentena, lo que traerá estabilidad para la comunidad, a la vez que se han asignado nuevos recursos para apoyar a las escuelas y jardines que no han abierto por falta de ellos.
Por otra parte, este semestre votaremos por quien será nuestro próximo Presidente y la educación deberá ser un eje central de los programas en competencia. Es de esperar que en ellos nuestros candidatos busquen hacerse cargo de los efectos de la pandemia en nuestros niños, niñas y adolescentes; con propuestas que apunten a que todos ellos tengan la oportunidad de asistir a sus establecimientos, de aprender y de recibir el apoyo y nivelación necesario para desarrollarse de acuerdo a sus capacidades e intereses.
Ver columna en El Desconcierto.