Columna en El Dínamo: Plan de evaluaciones; más allá del Simce

Por Tania Villarroel, directora de Estudios de Acción Educar.

El Consejo Nacional de Educación (CNED) aprobó recientemente el Plan de Evaluaciones Nacionales e Internacionales para 2021-2026. Este documento establece las evaluaciones que aplicará la Agencia de Calidad de la Educación para este período de tiempo, las áreas a estudiar y lo que se comunicará sobre ellas. Se trata de un plan fundamental para poder contar con la información necesaria para orientar la política pública.

Entre las novedades se encuentra que se reinstaurará, a partir de 2022, el Simce de Lectura para 2° Básico. Esto podría suscitar críticas por el estrés que podría implicar para niños tan pequeños el ser evaluados. Sin embargo, debemos tomar en consideración que la connotación estresante de la prueba se la damos los adultos. Esta es una responsabilidad compartida, debemos ser capaces de quitarle esa presión a los estudiantes y darle un uso adeescuado a la prueba. Al mismo tiempo, necesitamos tener los datos ya que, si no medimos, no podemos mejorar. ¿Cómo vamos a saber cuál fue el impacto de la pandemia? ¿Cómo tener la certeza de si los programas que se han implementado han funcionado? Parte relevante de implementar una solución es poder después saber si fue efectiva, para continuar con ella, o si no lo fue, para poder modificarla y mejorarla.

Por lo demás, el Plan de Evaluaciones es mucho más que solo el Simce. Quizás no es tan conocido, pero la Agencia de Calidad no sólo aplica esta prueba. Existen distintos tipos de evaluaciones y estudios a cargo de este organismo, el Simce es sólo una de ellas que tiene la particularidad de ser censal, es decir, que se aplica a todas las escuelas de Chile en el nivel y área respectiva permitiendo generar orientaciones a cada escuela. Junto con la aplicación de dichas pruebas, se distribuyen los Cuestionarios de Calidad y Contexto de la Educación, los cuales recopilan información sobre cuatro de los Indicadores de Desarrollo Personal y Social: Autoestima académica y motivación escolar; Clima de convivencia escolar; Participación y formación ciudadana; y Hábitos de vida saludable.

Además de lo anterior, existen pruebas muestrales, o, en otras palabras, que se aplican a algunos estudiantes del nivel que son representativos del grupo que se quiere medir. Para este período serán cinco: Educación Física, Inglés, Formación Ciudadana, Competencias Genéricas Técnico Profesional y otra a ser aplicada en la educación para adultos.

Por otra parte, se encuentran los estudios internacionales en los que participará Chile en este período: Estudio Internacional del Progreso en Competencia Lectora (PIRLS); Estudio Internacional de Tendencias en Matemática y Ciencias (TIMSS); Estudio Internacional de Alfabetización Computacional y Manejo de Información (ICILS); y Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA).

Todos estos instrumentos se complementan porque apuntan a fines diferentes, lo que es positivo. El Simce logra llegar con recomendaciones particulares a cada establecimiento y se administra, en distintas versiones, desde hace más de 30 años, mientras que las pruebas muestrales pueden ser más complejas en su aplicación y las internacionales nos permiten compararnos con otros países.

La importancia del Plan de Evaluaciones suele ser soslayada. No obstante, la base de datos que tenemos en Chile gracias a la aplicación de pruebas como el Simce, nos permite evaluar las políticas públicas que implementamos y focalizar nuestros esfuerzos hacia aquello que se encuentra más débil. El 2021 será un año complejo para la educación. Esperemos que la pandemia nos permita retomar esta tradición que nos convierte en un país que tiene las herramientas para tomar decisiones de política pública basadas en la evidencia.

Leer columna en El Dínamo.


Escrito por Tania Villarroel Oyarzún

Directora de Estudios.