Columna en El Líbero: La urgencia de Kínder obligatorio

Por Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar.

Conforme a los datos recientes que publicó el Ministerio de Educación, este año la matrícula de Kínder es la más baja de la última década. Actualmente hay 16 mil niños menos que en 2020. Esto se explica en parte por la pandemia, otros análisis internacionales mostraban una mayor deserción en el nivel parvulario; sin embargo, esto también tiene que ver con una menor valorización del nivel por parte de las familias.

En este contexto es necesario volver a poner sobre la mesa la relevancia de Kínder obligatorio y aprobar el proyecto de ley que increíblemente aún se sigue discutiendo, al punto que está dormido en la Comisión Mixta luego de que los senadores quisieran revertirlo con argumentos que van desde lo rebuscado a lo simplista.

Muchos parlamentarios que hoy le dan la espalda a la iniciativa argumentan que es innecesario, pues ya tenemos altas tasas de cobertura. Sí, en Kínder la cobertura es cercana al 90%; pero la cifra esconde que en la práctica los niños no asisten. El 66% de ellos es inasistente crónico, lo que tiene repercusiones en el corto y largo plazo. De hecho, un alto porcentaje de niños que tienen inasistencia crónica en el nivel parvularia también la tendrán en 2° Básico. Así también respecto de las probabilidades de desertar.

El proyecto no sólo beneficiaría a los más de 6 mil niños que actualmente no están matriculados en Kínder, sino que a todos los que hoy, estando matriculados no asisten, significando un apoyo necesario para mejorar las tasas de asistencia, reforzando la labor de los educadores de párvulo que intentan generar conciencia en los padres sobre la importancia de llevar a sus hijos.

Sin duda avanzar en Kínder obligatorio conlleva una responsabilidad y el compromiso por mejorar la calidad, de manera que el aumento de los años de escolaridad a 13 tengan los efectos buscados. En esto ya se ha realizado una tarea importante. Este año está en implementación el sistema de aseguramiento de la calidad para este nivel; además se ha hecho conciencia respecto de las características propias de la educación parvularia, lo que ha sido recogido por nuestra normativa, promoviendo, por ejemplo, el aprendizaje en base al juego mediante un currículum propio y adecuado para la edad. Efectivamente aún es necesario seguir fortaleciendo el nivel, desarrollando mayores competencias para el liderazgo en parvularia, entregar mejores capacitaciones y mejorar las carreras de educación de párvulos.

No podemos escatimar esfuerzos para generar conciencia y formar a la ciudadanía y a las familias respecto de la importancia que tiene la educación parvularia. Especialmente considerando los efectos que ya estamos palpando producto de la pandemia. Avanzar en el proyecto de ley de Kínder obligatorio es un paso que se debió haber dado hace mucho tiempo. Es más, ya está establecido en nuestra Constitución.

Leer columna en El Líbero.


Escrito por Magdalena Vergara Vial

Ex directora ejecutiva de Acción Educar