Columna en La Segunda: Educación para tiempos extraordinarios

Con la certeza de que los colegios permanecerán cerrados al menos hasta mayo, es hora de diseñar una estrategia para la educación de nuestros niños, niñas y adolescentes en el contexto de la emergencia. Ésta no puede limitarse a facilitar que todos accedan al material escolar desde sus casas, sino que debe estar diseñada para adaptarse a la realidad de los hogares en una crisis como esta, y tener como prioridad el promover el mayor bienestar posible en las familias chilenas.

Si bien es necesario actuar con celeridad, estamos a tiempo de generar una estrategia de largo plazo. Una manera de partir es convocando a un grupo de especialistas de distintas áreas, como la educación, medicina, psicología, artes y nutrición, entre otros, de manera en que tomando evidencia multidisciplinaria se diseñe una rutina de educación para tiempos de emergencia, que tenga por objetivo principal el bienestar de nuestras familias mientras dure la cuarentena.

Luego, habrá que orientar a equipos docentes y directivos de los establecimientos para que puedan crear una estrategia para relacionarse entre ellos y con las familias, apoyándose en la tecnología.

Tercero, será necesario levantar datos sobre las posibilidades de los hogares de proveer las condiciones mínimas, tanto de conectividad, pero también respecto del clima familiar, ya que es importante detectar los hogares en los que los niveles de estrés serán tóxicos para sus integrantes. Consecuentemente, la cuarta propuesta apunta a diseñar medidas concretas para las familias de mayor vulnerabilidad en esta situación.

Por último, se debe fomentar la colaboración de parte de otros actores relevantes, como lo serían los medios de comunicación, municipios e incluso el apoyo en red entre los mismos establecimientos.

La situación que vivimos hoy es extraordinaria, por lo que las medidas que tomemos también deben serlo. En cuanto a la educación, si bien se cierra la posibilidad de que los alumnos aprendan exactamente lo que estaba programado, también se abren otras posibilidades, como lo son el desarrollo de la resiliencia, de habilidades socioemocionales y digitales, entre otras. A su vez, al estar forzados a hacer un catastro de las condiciones con que cuentan las familias para proveer de educación en el hogar, se abre la puerta de tomar acciones para disminuir las desigualdades en esas áreas de manera permanente.

Pía Turner, investigadora senior Acción Educar.

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Escrito por Pía Turner Ruiz-Tagle

Encargada de Proyectos.