Hace pocas semanas se discutió en la Comisión de Educación y Cultura del Senado el proyecto de ley que crea el Servicio Nacional de Reinserción Social. En dicha instancia, todos los expositores señalaron que sería un error mandatarle al Servicio la ejecución de actividades educacionales, ya que es función del Estado, y en concreto, del Ministerio de Educación, cumplir esta labor. En este contexto, la tarea del Servicio estaría limitada a la puesta en marcha de acciones intersectoriales y coordinaciones en red para que el o la adolescente pueda acceder a prestaciones educacionales.
Sin embargo, dada las actuales condiciones del funcionamiento de los programas de reinserción social y el cumplimiento de las sanciones, sobre todo las que se ejecutan en el medio libre, la capacidad de los organismos estatales y colaboradores para realizar coordinaciones exitosas en el territorio es prácticamente nula. Esto porque el modelo de reinserción social se planteó de forma parcelada y estandarizada, sin considerar las características del territorio y/o del adolescente atendido.
A lo anterior se suma el hecho de que las postulaciones a las escuelas se realizan a través del Sistema de Admisión Escolar (SAE), haciendo potencialmente más difícil que los usuarios del futuro Servicio Nacional de Reinserción Social puedan quedar en los establecimientos de su preferencia.
Con ello, si bien la propuesta es novedosa, se debe tener presente que muchas veces la oferta educativa en la comuna no es ad hoc a las necesidades educativas de los adolescentes quienes, en su mayoría, tienen trayectorias educativas interrumpidas. Por tanto, la labor educacional que pueden prestar los programas de reinserción no debiese ser eliminada, ya que muchas veces son ellos quienes logran, a través de un trabajo socioeducativo, revincular a los jóvenes al ámbito escolar.
Con todo, es de esperar que la discusión parlamentaria, ahora en la cámara de Diputados, avance en la dirección correcta, explicitando los alcances y funciones del nuevo Servicio en materia de educación, potenciando la coordinación intersectorial y territorial, explicitando los estándares de calidad para llevar a cabo procesos de reinserción social exitosos, y poniendo el foco en los y las adolescentes.
Por: Pablo Arias, investigador Acción Educar.
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