Por Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
El 24 de noviembre de 2017 se publicó la ley que creó un Sistema Nacional de Educación Pública, comenzando gradualmente el traspaso de los establecimientos educacionales desde los municipios hacia dicha institucionalidad. Hoy, a un año de este hito, son cuatro los Servicios Locales que han sido conformados: Puerto Cordillera (Coquimbo y Andacollo), Barrancas (Pudahuel, Lo Prado y Cerro Navia), Huasco (Alto del Carmen, Freirina, Huasco y Vallenar) y Costa Araucanía (Carahue, Nueva Imperial, Saavedra, Teodoro Schmidt y Toltén). Si bien la Nueva Educación Pública (NEP) se encuentra en pleno proceso de implementación, y se espera que el traspaso de los establecimientos termine en 2025; son múltiples los desafíos que aún persisten en esta materia.
Esta es una de las reformas de mayor complejidad heredadas de la administración anterior, dado que implica la creación de un aparato administrativo, pero también el traspaso de infraestructura, docentes y funcionarios de la educación, temas siempre desafiantes. Este primer año ha estado marcado por el aprendizaje constante, lo que permitirá adelantarse, hasta cierto punto, a los nudos críticos cuando se implementen los nuevos Servicios Locales. Cada municipio tiene sus problemas particulares y es fácil suponer que cada traspaso es una caja de pandora.
Pero más allá de esto, cuando asistimos al primer aniversario de la NEP, nos encontramos con un servicio que no ha estado en la agenda pública. En materia escolar, el Ministerio de Educación ha estado concentrado en el informe de la comisión creada para el plan “Todos al aula”, iniciativa que busca impulsar políticas públicas orientadas a la desburocratización, y el proyecto de ley Aula Segura el cual, si bien va orientado al sistema público, ataca focos de conflictos muy puntuales y acotados. La nueva institucionalidad jugó un rol secundario en ambas discusiones.
Esto ocurre en parte porque la Dirección de Educación Pública, como varios otros servicios, es independiente del Mineduc, y no tiene por qué seguir la agenda ministerial a pie juntillas (algo que sí hizo, de manera servil, la Agencia de Calidad en el gobierno anterior). Asimismo, su tarea actual es administrativa y enfocada hacia lo interno, lo que puede ser una opción razonable en esta etapa de implementación.
Pero esto tiene que evolucionar el próximo año. Primero, es fundamental acelerar el nombramiento del o la directora de la NEP. La designación de un líder de esta institucionalidad es central para las exigentes etapas que vienen, debe tener un perfil comunicacional potente, no por razones políticas, sino por una función que podríamos llamar pedagógica: es necesario comunicar y explicar a la población las consecuencias, limitaciones y oportunidades de esta nueva forma en que el Estado se hará cargo de la educación que provee. La NEP debe ser más que solo una transferencia de sostenedor, pues eso implicaría un fracaso político transversal, no solo de la oposición. Debe plantearse como la solución a los problemas que aquejan hoy al sector municipal. Si ello implica modificaciones legales, bienvenidas, pero no se generarán espontáneamente. Alguien debe conducir. Tarea para el próximo cumpleaños.