Columna en La Tercera: Calidad en la Educación Superior

En septiembre de este año, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) deberá publicar los nuevos criterios y estándares de acreditación de las instituciones de educación superior (IES), junto con los programas de doctorado, del área de la salud y las pedagogías. Lo anterior, en el marco del nuevo Sistema de Aseguramiento de la Calidad que definió la Ley de Educación Superior.

Si bien la pandemia ha requerido una adaptación importante de nuestras labores y ha puesto el foco de la discusión pública en la contingencia que debemos enfrentar, no podemos desatender las cuestiones fundamentales que se deben seguir realizando. En ello los documentos que se publiquen en septiembre son claves para el futuro de nuestro sistema terciario, pues la definición de los criterios y estándares de calidad, determinará el desarrollo y configuración que pueda tener el mismo.

El desafío no es menor. En primer lugar, es clave acordar el sistema de aseguramiento de calidad al que aspiramos para así sentar las bases sobre las cuales se construyen los diversos criterios y estándares. También, la manera en que deberán ser entendidos por los pares evaluadores y los comisionados a la hora de realizar la evaluación y tomar la decisión de acreditación.

El foco de asegurar la calidad debe estar puesto en la mejora continua de los procesos de enseñanza y aprendizaje, apuntando a instalar una cultura de la calidad dentro de las instituciones, comprendiendo que son ellas las principales encargadas de la calidad de sus procesos. La ley define que la evaluación debe ser en base a los principios declarados por las propias instituciones, lo que permite comprender a la acreditación como una garantía pública de que la formación que entrega la institución es acorde con aquella que ella misma definió y se comprometió. Esta visión permite hacerse cargo de la diversidad y autonomía de las IES. Dos principios a los cuales la ley da un especial resguardo en el mandato que entrega a la CNA.

En esta línea, lo relevante será que los criterios definan de manera sustancial aquellas áreas que son vitales para proveer una educación de calidad, sirviendo de guía y orientación a las IES para que incorporen internamente mecanismos y procesos efectivos para lograr buenos resultados, obteniendo información que les permita tomar decisiones para la mejora de enseñanza y aprendizaje, junto con aspectos como la investigación y creación. Esto permite que efectivamente sean las IES quienes definan la forma, entregando un campo amplio de acciones.

No obstante, la tendencia de la CNA ha sido más bien a rigidizar el sistema, imponiendo estándares de cumplimiento a las instituciones, que más que orientar buenas prácticas establecen límites hasta el cual pueden llegar, definiendo la manera en cómo deben llevar adelante sus procesos, generando comparaciones desde indicadores de resultado con una clara visión de modelo institucional que tiende a homogeneizar las instituciones y que atenta contra la diversidad y autonomía del sistema.

Es de esperar que los documentos que deban ser publicados en septiembre, logren situarse a la altura de la tendencia internacional, que ha avanzado hacia una concepción más abierta de la calidad respetando los diversos proyectos educativos, con criterios flexibles que permiten instalar capacidades dentro de la propia institución para su crecimiento y mejora.

En ello, la pandemia resulta bastante ilustrativa para comprender la importancia de una mirada flexible y los aspectos sustanciales que debieran tener los criterios. Muchas de las formas que dábamos por sentadas, hoy no son posibles de aplicar, sin embargo, lo relevante ha sido la manera en que las instituciones han sabido responder a las circunstancias, y adaptarse rápidamente para seguir entregando su formación del mejor modo. Es en esta capacidad de adaptación donde realmente se ve la eficiencia de los mecanismos internos de las IES y el compromiso que tienen con la educación de calidad.

Por Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar.

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Escrito por Magdalena Vergara Vial

Ex directora ejecutiva de Acción Educar