La semana pasada, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, anunció el ingreso a la Cámara de Diputados de un nuevo proyecto de ley, el cual según lo anunciado por el Mineduc buscaría consolidar un sistema de evaluación común para los profesores y profesoras de todos los establecimientos que reciben financiamiento del Estado, terminando así con la famosa doble evaluación docente. El proyecto también incluiría mejoras en los programas de inducción y mentorías para el acompañamiento a los docentes principiantes, así como potenciar la Red Maestros de Maestros.
Poco más se sabe, hasta que podamos conocer el proyecto en detalle, una vez que se dé cuenta de él en la Cámara Baja.
Existe consenso general entre los distintos actores de la necesidad de abordar este tema y de las distintas dificultades que genera la doble evaluación hoy existente, por lo que lo anterior aparece, en principio, como positivo.
Pero no todo lo que brilla es oro, y lamentablemente ya se han levantado algunas preocupaciones respecto al texto. Y es que luego del anuncio del ministro, lo siguió el presidente del Colegio de Profesores, quien pudo acceder de manera exclusiva al proyecto, y con papel en mano, lo proclamó como un triunfo del gremio. Cortesía del ministro para reparar las relaciones con el magisterio, luego del duro y criticado año que tuvo por parte de este, y que alerta por las declaraciones de su presidente al señalar que el proyecto termina con las causales de despido de los profesores.
Pareciera ser entonces, que una vez más, vienen por su tan anhelado deseo de mantener a los malos profesores dentro del sistema, eliminando la causal de despido por malas evaluaciones reiteradas. Recordemos que esto ya lo intentaron en el año 2021 y no prosperó. Luego pretendieron incluirlo también en la Ley Miscelánea, pero finalmente fue retirado. Estarán en la creencia de que la tercera es la vencida.
Qué importante era la primera señal en materia legislativa del Ministerio de Educación en el contexto de la recuperación de aprendizajes. El titular era auspicioso, con algo que unificara. Qué duda cabe respecto a la importancia fundamental de los profesores en la calidad de la educación y en el proceso para la necesaria recuperación; por lo que este proyecto podría lograr consenso y una tramitación expedita.
Como lamentablemente pocas veces se ve, existe hoy una causa común, que traspasa colores políticos. La situación de nuestros estudiantes es grave y extrema, y necesita de un apoyo transversal para superarse. Está lejos de ser el momento para legislar sobre intereses gremiales, más aún cuando van en el sentido exactamente opuesto a lo necesario, ya que, si bien mantener a malos profesores en el sistema será un triunfo para el Colegio de Profesores, perjudicará a miles de estudiantes bajo su tutela.
Ahora, para los que no hemos podido opinar previamente sobre el contenido de este proyecto ni acceder de forma exclusiva a él, solo queda esperar a marzo, con la esperanza de que las declaraciones del líder del gremio no hayan sido del todo acertadas y podamos comenzar el periodo legislativo con el pie derecho.