La envergadura de la crisis que enfrentamos y que afecta nuestra sociedad en todos sus ámbitos se vuelve particularmente relevante en Educación, donde las decisiones tienen consecuencias en los niños e impactan de manera sensible a la cotidianeidad de las familias.
Al Ministerio de Educación (Mineduc) le toca disponer de las políticas posibles para resguardar la calidad y el aprendizaje adecuado de todos los estudiantes, dentro de un campo de acción que es definido por los expertos de la salud, lo que sin duda ha significado un replanteamiento de nuestro sistema educativo a gran escala para que sea comprensivo con la situación que atravesamos.
El plan de retorno a las clases presenciales se encuentra bajo las mismas directrices y plantea una serie de desafíos. El mayor de ellos es precisamente el hacerse cargo de las circunstancias. En esta línea, la estrategia que ha presentado el Mineduc para cuando se retorne a las clases presenciales es positiva, la cual se basa en un diagnóstico, nivelación y priorización curricular.
El diagnóstico es clave para tomar decisiones en función de la situación de los estudiantes y hacerse cargo de las consecuencias que pueda provocar la educación remota y la pandemia en los niños de manera particular. De esta manera, los directivos y docentes pueden identificar las necesidades de sus estudiantes y diseñar planes de acción y así definir métodos de enseñanza acorde a ellas. Esto se vuelve especialmente relevante luego de un período en el cual la comunicación entre alumno y profesor estuvo debilitada y no hubo un seguimiento adecuado de la enseñanza y por tanto del nivel de aprendizaje del estudiante, el cual bajo estas circunstancias puede incluso haber empeorado.
Además, resulta fundamental e innovador que no solo haya un enfoque en los aprendizajes, sino de manera prioritaria busque diagnosticar la situación socioemocional de los estudiantes. Ello da cuenta de la importancia y de la relación intrínseca entre la salud mental y la posibilidad de aprendizajes que tiene el niño. Especialmente luego de una situación de crisis donde la prevalencia de trastornos psicológicos, estrés y problemas de salud mental en general es mayor, tal como han reportado diversos estudios a nivel internacional como consecuencia de la pandemia.
De esta manera, se entregan herramientas a las escuelas para abordar el retorno a clases de manera integral, que permitan tomar decisiones pedagógicas con foco en el bienestar de los estudiantes, guiando lo que será el proceso de nivelación y adecuación curricular.
Por supuesto, cada uno de estos procesos debe estar claramente orientado y requieren de una capacitación importante de los docentes y directivos, para abordar las necesidades que se presenten. El rol de la Agencia de la Calidad en esto será fundamental, así como el contenido de la plataforma que ponga a disposición de los colegios para hacer uso de estos instrumentos.
Por último, enfrentar estas circunstancias va a requerir de una coordinación y articulación importante entre las comunidades escolares, el Mineduc y otras autoridades, como los alcaldes. Además de un trabajo comunicacional contundente para dar seguridad y certeza, evitando la desconfianza en las decisiones, pero será especialmente relevante la disposición a colaborar por parte de todos los actores involucrados en la educación.
Por: Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar.
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