Por: Romina Douglas.
De un total de 76.972 alumnos de establecimientos municipales que rindieron la PSU, sólo 26.934 resultaron seleccionados en las universidades del CRUCh y privadas adscritas al Sistema Único de Admisión.
Según los resultados que presentó el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) este lunes, un 53% de los estudiantes que fueron seleccionados por las universidades adscritas al Sistema Único de Admisión (SUA) egresaron de colegios particulares subvencionados, un 23% proviene de establecimientos municipales, un 21% de particulares pagados y un 3% de Servicios Locales de Educación Pública.
Estas cifras del proceso de admisión 2020 parecen dar cuenta de una tendencia, ya que son prácticamente iguales a las de 2019, cuando un 53% de los seleccionados venía de un recinto particular subvencionado, un 26% de municipales, un 20% de particulares pagados y un 1% de Servicios Locales.
Sin embargo, lo importante es lo que se esconde detrás de estos números: las brechas que hay entre la educación pública y privada.
Estas diferencias quedan en evidencia si considera que en el proceso de admisión 2020, de 28.964 estudiantes de colegios particulares pagados que rindieron la PSU, 23.625 quedaron seleccionados en planteles del CRUCh o en universidades privadas adscritas al SUA. Mientras que de 76.972 alumnos de establecimientos municipales que dieron la PSU, sólo 26.934 resultaron seleccionados, es decir, menos de la mitad.
“Lamentablemente en el último tiempo no se ha visto una mejora significativa en los colegios públicos que permitan disminuir la brecha que existe con los particulares pagados. Si bien, hay que mejorar el sistema de acceso a la educación superior, es en la educación escolar donde realmente podemos dar solución a las diferencias que vemos hoy”, sentenció Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar.
Los cambios que grita el sistema
Para la directora ejecutiva de Acción Educar, y con miras a disminuir las brechas entre la educación pública y privada, “lo más importante es poner el foco en las políticas de calidad en las escuelas, para progresar en las mejoras de los aprendizajes de los estudiantes. Pero también hay que perfeccionar el sistema de acceso a la educación superior, tanto en equidad como predictibilidad, de manera que no aumenten las diferencias que ya vienen desde el colegio y del entorno familiar del estudiante”.
Con respecto a este último punto, Vergara puntualiza que “una prueba que mida habilidades va en la línea correcta, como también flexibilizar el sistema de acceso para que las instituciones puedan seleccionar por competencias distintas a las que mide la PSU”.
Dentro de ese contexto, “es muy importante entregar más información a los estudiantes y avanzar en programas como el Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE) o la Beca de Excelencia Académica (BEA), que permitan a estudiantes más vulnerables acceder a la educación superior”, explicó Vergara a EL DÍNAMO.
Cabe mencionar que en el proceso de admisión 2020 un 89% de los seleccionados gracias al programa PACE proviene de un establecimiento municipal, un 9% de Servicios Locales de Educación Pública y un 2% de colegios particulares subvencionados.
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