Los legisladores presentaron diversos reparos contra el proyecto del Gobierno, los que fueron cuestionados por algunos especialistas que defienden la obligatoriedad del nivel educacional.
Por Sebastián Dote
La comisión mixta rechazó el proyecto de kínder obligatorio impulsado por el Gobierno, en una decisión que generó sensaciones encontradas en algunos expertos, quienes se mostraron contrariados con el paso de una iniciativa que había sido aprobada por unanimidad por la Cámara de Diputados, pero que recibió diversas observaciones desde el Senado.
Los senadores Carlos Montes (PS) y Yasna Provoste (DC) fueron quienes presentaron los argumentos más concretos para desestimar la propuesta entregada por el ministro de Educación, Raúl Figueroa, quien ya está evaluando presentar un veto para reponer el articulado.
La posibilidad de “escolarizar” el nivel educativo, la cobertura “de facto” que ya existe, la posible barrera para el acceso a la educación básica, especialmente en los niños que residen en lugares con difícil acceso a la educación parvularia y un eventual avance a la privatización, fueron parte de las justificaciones para desestimar la idea.
Desde el lado de los académicos se planteó la necesidad de extender aún más la integración de los niños y niñas en el kínder, precisando que el proyecto del Ejecutivo ya había entregado las modificaciones necesarias.
El problema de la escolarización:
Uno de los puntos que se establecieron para el rechazo del proyecto fue la eventual escolarización que provocaría la obligatoriedad del kínder, que extendería la educación escolar de 12 a 13 años.
El senador Montes afirmó que se debe asegurar la especificidad de esta etapa, ya que “cuando es cursada en colegios donde hay enseñanza básica y eventualmente media, porque se tiende a mimetizar con los niños de primero y segundo básico, en todo lo cognitivo”.
Josefina Santa Cruz, decana de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo (UDD), se distanció de este argumento y aseguró a EL DÍNAMO que la propuesta del Gobierno resuelve este dilema.
“Lo que se pretende es que los niños en el kínder cumplan los objetivos que en las bases curriculares -que son de preescolar, no son de primero básico-, que puedan acceder a ellas. Y eso va a ocurrir cuando tengamos recursos que ya están comprometidos”, manifestó.
La experta añadió que “de nuevo me pregunto: todos los hijos de los senadores y diputados, que van a colegios privados en casi un 90%, ¿esos niños entonces están todos escolarizados si van al kínder, y además fueron al prekínder?”.
“Entonces lo que ellos saben es que las bases curriculares son específicas, no son las mismas bases de primero, segundo o tercero básico. Y en esas bases se relevan los juegos espontáneos, las actividades iniciadas por los niños, el aprendizaje de juegos simbólicos. Está muy relevado el juego, actividades abiertas, pintar, cantar… el currículum dice qué deberían hacer los educadores, no entiendo lo de la escolarización”, añadió.
Acceso y cobertura:
Otro de los argumentos que los legisladores presentaron en contra del kínder obligatorio, y que fue rechazado por algunos expertos, son las dificultades del acceso y la cobertura ya existente en el sistema.
En ese sentido, la senadora Provoste planteó sus dudas, precisando que “se entiende que exigir el kínder a niños y niñas que viven alejados de centros urbanos que cuenten con jardines, es condenarlos a quedar fuera del sistema educacional”.
Borja Besa, investigador legislativo de Acción Educar, descartó que la obligatoriedad de este nivel implique una barrera para llegar a la educación básica, explicando que la ley es específica en este punto.
“En todos los niveles hay estudiantes que no cursan el nivel anterior, y el decreto 2.272 resuelve este tema de primero básico a cuarto medio con distintas alternativas. Este mismo decreto se adaptaría para cubrir desde Kínder. Es más, durante la discusión los parlamentarios plantearon que esto podría ser una barrera y causaría desescolarización; por lo mismo, se introdujo una indicación al proyecto de ley que aclaraba que ningún alumno por no cursar Kínder no podría entrar a primero básico. Para ello se establecía un diagnóstico para poder nivelar los aprendizajes si fuera necesario”, señaló el especialista a EL DÍNAMO.
Por los alumnos de zonas aisladas, con poca posibilidad de llegar a la educación parvularia, Besa explicó que “el proyecto en su primer artículo transitorio contempla que durante el primer año presupuestario de vigencia de esta ley se destinarán $ 2.000 millones con cargo al presupuesto del Ministerio de Educación, para financiar proyectos de infraestructura, destinados al incremento de cobertura del segundo nivel de transición, para establecimientos dependientes de municipalidades, corporaciones municipales y servicios locales de educación pública”
“Los niños que se encuentran en zonas aisladas y tienen dificultades para asistir a kínder podrían ingresar directamente a primero básico”, planteó.
Adicionalmente, los senadores manifestaron su rechazo al proyecto planteando que ya existe una alta cobertura del kínder, la que alcanza el 97%, por lo que establecer la obligatoriedad no cumpliría con el objetivo de llegar a más niños.
Sobre esto, la decana Santa Cruz explicó que “esto no es para ampliar cobertura, pero efectivamente faltan 6 mil niños (en el sistema) y pareciera que no les fuera importante… el gran problema es el ausentismo, que esconde una verdad que minimiza la cobertura, porque qué vamos a sacar si los niños están inscritos y no van”.
El peligro de la privatización:
Los expertos también abordaron uno de los puntos más críticos para el rechazo del kínder obligatorio, el que apunta a un eventual avance en la privatización en el sistema educacional parvulario.
Borja Besa dijo que “la cobertura del nivel es tan alta -independiente de la inasistencia crónica- que no se generará ningún impacto en la distribución de los alumnos por tipo de establecimiento (municipal, particular subvencionado o particular pagado). Incluso, lo más probable es que la nueva matrícula ingrese a establecimientos públicos, que son los que tienen mayor capacidad ociosa”.
“Por otro lado, la mayoría de la matrícula de kínder asiste a establecimientos escolares y no a jardines infantiles. Este proyecto no modifica el sistema de admisión al kínder, actualmente ya es conveniente postular a prekínder a través del Sistema de Admisión Escolar (SAE) para asegurar un cupo en un establecimiento escolar”, manifestó.
Josefina Santa Cruz, en tanto, alertó por las intenciones que estarían detrás de este rechazo de los senadores, apuntando a que se buscaría desestimar todas las iniciativas provenientes del Gobierno en materia de educación.
“No hay un argumento razonable (para el rechazo), habrá algo que no están mostrando. Son todas personas inteligentes que están dando argumentos que ni siquiera parecen argumentos, porque lo que yo estoy diciendo es evidencia. Entonces me imagino que hay otra intención. Yo creo que hay que poner a los niños en la prioridad, para que tengan los beneficios que sus hijos (los de los parlamentarios) tienen”, finalizó.