Pese a las mejores condiciones sanitarias, 45 comunas con alcaldes de oposición como Recoleta, Santiago o Viña del Mar aún no tienen ningún establecimiento educacional con clases presenciales. “No tienen ningún reparo en usar a los niños para hacer un punto político”, dice la cofundadora de Escuelas Abiertas, María Teresa Romero.
Diversos estudios muestran la necesidad de que los niños vuelvan a las salas de clases tanto para recuperar el aprendizaje perdido como para mejorar la salud socioemocional de los alumnos. No obstante, y a pesar de las mejores condiciones sanitarias que se están presentando, existe una serie de establecimientos que aún permanecen cerrados, situación que afecta mayormente a escuelas que dependen de las municipalidades.
El pasado 25 de agosto el Ministerio de Educación dio a conocer un listado de 63 comunas que no cuentan con ningún establecimiento municipal con clases presenciales. 45 de esas 63 comunas (71,4%) corresponden a alcaldes de partidos de oposición, 10 están gobernadas por independientes (15,8%) y 8 tienen líderes oficialistas (12,6%).
Las municipalidades gobernadas por la oposición que aún tienen todas sus escuelas cerradas están repartidas en nueve regiones: Antofagasta, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Maule, Metropolitana, Ñuble, O’Higgins y Valparaíso.
En la Región Metropolitana algunas de estas comunas son Santiago con Irací Hassler (PC), Recoleta con Daniel Jadue (PC), San Bernardo con Cristopher White (PS), Estación Central con Felipe Muñoz (Ind.-FA). En Valparaíso destaca el caso de Viña del Mar liderada por Macarena Ripamonti (RD); y en la Araucanía está el caso de Temuco con el alcalde Roberto Neira (PPD).
La “idea” de los alcaldes era que cada establecimiento fijara sus lineamientos para el regreso. La Alcaldesa de Santiago proyecta que tras Fiestas Patrias al menos un tercio vuelva en algún nivel a la presencialidad, priorizando a alumnos nuevos en sus establecimientos y a aquellos con problemas de conexión o aprendizaje. No obstante, ya son casi tres meses desde que el plan Paso a Paso permite que los colegios y jardines infantiles del país puedan abrir incluso si se encuentran en comunas que están en Fase 1. Adicionalmente, la totalidad de las comunas del listado de 63 ya han salido del confinamiento y se encuentran en fase 3 o 4 (59 del total están en Fase 4).
¿Con razones políticas detrás?
Para la cofundadora de Escuelas Abiertas, María Teresa Romero, ya con la campaña de vacunación en marcha en niños y “sabiendo con evidencia cómo se va comportando el virus y observando cómo lo han hecho en otros países, no se justifica seguir sacrificando a los niños. A estas alturas seguir poniéndolos al final de la fila es inmoral”.
Al mismo tiempo, añade que efectivamente el derecho a la educación presencial se ha transformado en una bandera de lucha de ciertos sectores de la oposición “que no tienen ningún reparo en usar a los niños, especialmente a los más vulnerables, para hacer un punto político”, lo que ha causado, dice, un aumento de la brecha provocada por estos 2 años sin clases: “Es inmensa y probablemente irrecuperable”.
Por su parte, la encargada de Proyectos de Acción Educar, Pía Turner, sostiene que durante toda la pandemia han existido actores “politizando” el derecho a la educación de niños, niñas y adolescentes. En efecto, explica, desde el Congreso se ha tratado dos veces de que los establecimientos educacionales abran en las últimas fases del Paso a Paso y el Colegio de Profesores impulsó una acusación constitucional contra el ministro por buscar que colegios y jardines infantiles abrieran. “En el caso de estos alcaldes, sería necesario evaluar las razones por las que no han abierto. Sin embargo, no sería extraño que hubiera razones políticas tras ello”, opina.
Romero agrega que la evidencia científica ha demostrado de forma reiterada dos cosas: “El daño de no asistir a escuelas y colegios es inmenso para los niños en todas las dimensiones de su desarrollo y la segunda que los colegios son lugares seguros en la pandemia, en el 97% de los recintos no se han producido brotes”.
Por lo tanto, la cofundadora de Escuelas Abiertas asegura que la única razón para no ofrecer clases presenciales a los apoderados y alumnos que decidan asistir “es política y que la mayoría de los alcaldes de comunas con establecimientos aún cerrados sean de oposición lo comprueba”.
Además, describe que los protocolos para asistir a clases en pandemia son simples, no se requiere más que ventilar las salas, mantener aforos y uso de mascarillas y alcohol gel. Por lo que, los argumentos de que “no están las condiciones” no resultan consistentes para la asociación.
Turner enfatiza en que es “extraño” que después de casi dos años de pandemia, los sostenedores todavía no generen la capacidad de adecuar las aulas, sobre todo considerando que el regreso de los estudiantes es de vital importancia. “Muchos de nuestros niños llevan casi dos años sin asistir a sus escuelas, y cada día que siguen sin acceder a ellas implica que todavía es muy difícil evaluar y reparar los daños que han sufrido”, afirma la representante de Acción Educar.
Sin explicaciones
La coordinadora del Programa Pobreza, Vivienda y Ciudad de Libertad y Desarrollo, Paulina Henoch, explica que “hay un desafío país de recuperar el aprendizaje y que por lo menos los padres tengan la opción de que estén abiertas estas escuelas”.
La encuestas Casen sobre la pandemia muestra que hay una pérdida de asistencia a las clases, especialmente en los niños menores, “lo cual es súper preocupante especialmente para el desarrollo y para igualar las oportunidades”, sostiene Henoch, por lo que apunta que hay elementos técnicos suficientes para avanzar hacia la presencialidad.
El 31 de agosto la Superintendencia de Educación emitió un dictamen que entrega instrucciones normativas para que los establecimientos deban mantener abiertas sus aulas, dejando la voluntariedad del regreso para las familias, no para las escuelas. A esto se suma la vacunación para los niños entre 6 y 11 años, ya aprobada.
Ante todos estos antecedentes, dicen las expertas, es necesario que abran todos los establecimientos educacionales, para que se les dé la opción a los apoderados y alumnos de asistir de forma presencial, si así los prefieren, y se pueda recuperar el aprendizaje perdido durante la pandemia.
Turner subraya que es “lamentable” que en el contexto actual, en que las familias se preparan para celebrar las Fiestas Patrias con pocas restricciones comparado con el año pasado, existan colegios que todavía no abren las puertas para sus estudiantes.
“Todos los niños de Chile deben estar ya en las escuelas todos los días. Las clases online no reemplazan el vínculo que puede lograr un profesor en el aula y el sistema híbrido no hace más que interrumpir el proceso de enseñanza aprendizaje y pone trabas a la presencialidad”, enfatiza Romero.
De igual forma, la cofundadora de Escuelas Abiertas advierte que hay casos en que el colegio dice que está abierto, pero “en realidad los estudiantes van solo 4 veces al mes. ¿No será mejor seguir viviendo con la pandemia con todos los niños todos los días en el colegio, en vez de estar en lugares sin control? Es por esto que creemos que ya no deben existir los aforos en las salas de clases”.