El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, aseguró en la interpelación en la Cámara de Diputados del pasado 26 de noviembre que la “competencia salvaje” había obligado el cierre de 3 mil colegios en el país en 15 años, citando un estudio de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile.
Sin embargo, la propia investigación concluyó que fueron 2.800 escuelas cerradas pero en un periodos de 19 años y no de 15 como señaló la autoridad. Si es que solo se consideran las escuelas que imparten básica o media, el número de cierres se reduce a 2.151 establecimientos. Además, la investigación de la Universidad de Chile tampoco establece como causal de cierre la “salvaje competencia”.
El investigador de Acción Educar, Gabriel Ugarte, realizó un informe en que comparó el estudio de la U. de Chile con otro de la Universidad Católica en similar período, y cifras recopiladas por la propia institución, del que se puede concluir que el ministro sobreestimó los cierres en 35%, y entregó una “visión incompleta y reduccionista que ignora los profundos cambios que ha experimentado nuestra sociedad y el sistema educacional”.
Según el estudio de la U. de Chile, las 2.151 escuelas que imparten educación parvularia, básica o media cerradas entre 1994 y 2012 dan una tasa promedio de 113 establecimientos cerrados al año, lo que corresponde al 1,1% anual de cierre en el sistema educativo, excluyendo a jardines y escuelas que solo imparten educación parvularia.
Estas cifras se asemejan a dos estudios previos mencionados en el informe de Acción Educar –una tesis de la Universidad Católica y un estudio del Ministerio de Educación-, que muestran tasas cercanas de cierre del 1% anual.
El estudio de la Universidad de Chile indica que los colegios que han cerrado son la mitad rurales y tienen 114 alumnos, en promedio, una matrícula casi tres veces inferior que los más de 300 alumnos, promedio, que estudian en los establecimientos del país.
Adicionalmente, un ejercicio realizado por Acción Educar sobre el cierre de establecimientos que se produjo entre 2008 y 2012 señala que el 50% de estas escuelas no tenían más de 10 alumnos en total.
Lo anterior indica que las “causas del cierre podrían ser distintas a las de la salvaje competencia, tales como “los cambios de la población, la migración de sectores rurales hacia urbanos o la simple fusión de colegios” explica Ugarte.
El investigador añade que el estudio de la Universidad Católica revela que los colegios más propensos a cerrar son lo que ofrecen una calidad inferior al promedio SIMCE de la comuna, y los que experimentan caídas en su matrícula. “Posiblemente, esto daría cuenta que son los padres los que no estarían eligiendo estos establecimientos”, acota.
El estudio de la U. de Chile concluye que los cierres de colegios aumentan en 50% la tasa de repitencia de los alumnos afectados.
Esta situación es relevante para Ugarte porque “estaría indicando la necesidad de contar con medidas que mitiguen lo más posible estos efectos negativos en el sistema y en los mismos alumnos. A la luz de estos datos, no parece conveniente llevar adelante una reforma como la que se discute hoy en el Senado que ponga en riesgo de cierre a muchos establecimientos, considerando los efectos negativos que pueden ir asociados en los alumnos afectados”.