El Líbero: Proteger la diversidad del sistema

En la discusión respecto del proyecto de ley que busca suspender los aranceles de los estudiantes, diversos rectores estatales y privados han manifestado el serio perjuicio que ello tendría para las Instituciones de Educación Superior (IES). En la misma línea, desde Acción Educar realizamos un estudio que da cuenta que, debido a la estructura de ingresos de las instituciones, una rebaja importante de aranceles puede llegar a provocarles un déficit de $5.786 millones en promedio, en el caso que sólo puedan pagar estudiantes del quinto quintil.

Sin embargo, a algunos grupos y diputados parecieran pesarles más sus ideologías antes que el interés por el bienestar del sistema educativo. Solo así pueden entenderse las palabras la Diputada Cristina Girardi contra la posibilidad de prestar apoyo a las IES y especialmente a las universidades privadas. Pues a pesar de la evidencia presentada que demuestra la afectación del sistema, pero en especial de las instituciones privadas al no recibir aportes del estado, que las puede llevar incluso a su quiebra, no se comprenda aún la importancia de buscar soluciones de apoyo, o al menos que los proyectos de ley que se presenten, no perjudiquen derechamente a los planteles, que en definitiva es también un perjuicio para los estudiantes. En ello es positivo que la comisión de Educación haya tomado conciencia y así aceptado postergar la discusión de manera de dar posibilidad al ejecutivo de tomar medidas más viables.

El problema por supuesto no se reduce a esta iniciativa, sino que es bastante más profundo. En el fondo, lo que no se comprende es que buscar apoyos para las instituciones -indistintamente si son privadas o públicas- no es una defensa sectorial, sino que un reconocimiento de que precisamente parte del desarrollo que ha logrado nuestro sistema radica en la riqueza de que sea diverso. Esta diversidad, que se manifiesta en proyectos educativos consolidados y distintos unos de otros, permite por una parte entregar mejores alternativas de elección a los estudiantes, desde las carreras, visiones, formas de enseñanza y vida universitaria. Pero también permite aproximaciones diversas a los problemas sociales desde la academia, la investigación y la innovación enriqueciendo así el debate público y aportando de manera fundamental al desarrollo de nuestro país.

Una sociedad democrática como la nuestra debiera especialmente proteger esta diversidad y promover el fortalecimiento de los distintos proyectos, de manera que puedan aportar de mejor manera a la discusión pública. Lo contrario implica discriminaciones y favoritismos arbitrarios, fundados en concepciones ideológicas y que poco dicen de la tolerancia que se debe vivir en el espacio público.

Por último, no atender a la importancia de esta diversidad y dejar sin apoyo a ciertas instituciones, tiene consecuencias prácticas importantes que afectan a la totalidad del sistema y en especial a los estudiantes. Un ejemplo muy gráfico de ello, es el cierre de instituciones –escenario probable si se aprobara el proyecto de ley-, por una parte, deslegitima al conjunto del sistema, pero también esos estudiantes que quedan sin casas de estudios deben ser incorporados a otros planteles y difícilmente están las condiciones para asumir esto en una escala mayor.

En definitiva, el ensañamiento antojadizo con ciertos sectores, puede traer consecuencias graves al no comprender en realidad cómo funciona y la relevancia que tiene nuestro sistema de educación superior. Sería una oportunidad idónea para repensar la manera en que lo comprendemos y fortalecemos a través de las diversas políticas.

Por: Magdalena Vergara, directora ejecutiva Acción Educar.

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Escrito por Magdalena Vergara Vial

Ex directora ejecutiva de Acción Educar