A propósito de una carta en la que más de 10 autoridades solicitan que la presencialidad sea la regla general en las escuelas, Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación de la Unesco y una de las que suscribió la misiva, asegura que “el ministro está haciendo la tarea que le corresponde”.
Por Daniela Bas y Catalina Vila.
Mientras un grupo de parlamentarios de oposición, liderados por la diputada Camila Rojas (Comunes) impulsa en el Congreso una acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Raúl Figueroa, hay quienes respaldan su gestión y buscan establecer la presencialidad como regla general en las escuelas para el segundo semestre del año.
En una carta publicada en El Mercurio, firmada por Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación de la Unesco; Ludmila Palazzo, representante adjunta interina de Unicef; Humberto Soriano, presidente de la Asociación Médica para la Prevención; todos los miembros del Consejo Asesor “Paso a Paso Abramos las Escuelas”, académicos y doctores solicitan que “la presencialidad sea la regla general” debido a los efectos que la pandemia ha tenido en el bienestar socioemocional, los vínculos y los aprendizajes.
“Es necesario seguir realizando todos los esfuerzos durante el segundo semestre para priorizar el derecho a la educación de los niños y abrir las escuelas con las condiciones sanitarias adecuadas”, sostienen en la misiva titulada “Presencialidad, regla general”. Además, varios de los más de 10 firmantes apoyan la labor del ministro Figueroa y están contra el libelo acusatorio.
Es el caso de Claudia Uribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) quien, en conversación con El Líbero, señala que “desde nuestra perspectiva, es incomprensible esta acusación”. Al respecto, afirma que “el ministro ha demostrado con creces todo su empeño y su voluntad de hacerlo y además el Ministerio ha tomado una serie de medidas muy importantes para hacerlo posible”. Uribe afirma que “el ministro está haciendo la tarea que le corresponde” de “mantener el derecho a la educación y garantizar que estén las condiciones y que los niños puedan seguir estudiando”.
Uribe señala que “después de prácticamente un año y medio de ciclo escolar, ya está más que reportado y documentado el impacto negativo que eso tiene sobre los niños, sus aprendizajes y su salud socio-emocional”. Advierte que “el retorno a la presencialidad es el mecanismo más importante para matizar todo ese impacto negativo en todas las dimensiones que hemos reportado no solo desde Unesco”.
Para la Directora de la Oficina Regional de Educación de la Unesco, “el impacto es muy grande. Estamos viendo la punta del iceberg todavía, con relación a todo lo que esto va a significar, y por eso le urge al país y a los niños poder retornar a la escuela presencialmente”.
En la otra vereda, los 12 diputados que acusan al ministro Figueroa argumentan que el secretario de Estado ha incumplido la Constitución y las leyes en temas como el pago de las subvenciones, no proveer las medidas sanitarias para el retorno a clases y el no pago de beneficios al personal docente. Además, sostienen que “el Mineduc no inyectó un peso en educación durante la pandemia”.
Esto es refutado por Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar –y miembro del Consejo Asesor “Paso a Paso Abramos las Escuelas” que suscribe a la misiva–. Vergara asegura que “el Mineduc anunció recursos de $25 mil millones para que aquellos establecimientos que no cumplen las condiciones sanitarias requeridas cuenten con todo lo necesario para poder abrir sus puertas”.
Sobre la acusación al ministro, la directora de Acción Educar sostiene que “es sumamente irresponsable, tanto por falta de mérito, haciendo un uso desmedido de este instrumento, como por las consecuencias que puede tener en el proceso de retorno a clases presenciales afectando gravemente la confianza de las comunidades”.
De acuerdo con Vergara, “es inentendible que se acuse al ministro de insistir en el regreso a clases y poner en riesgo la salud de los estudiantes, cuando hay una evidencia contundente respecto de las graves consecuencias que ha tenido el cierre de escuelas en ellos, en sus aprendizajes, su salud mental y física”.
En tanto, el doctor Humberto Soriano, otro de los firmantes, dijo: “Nos da mucha pena a los académicos cuando vemos que se politiza algo que es técnico, nos da mucha pena los pediatras cuando vemos que a los niños se les pone como peones en una disputa política”.
Asegura que “hay un amplio acuerdo en que es urgente que los niños vuelvan a clases”, por lo que, “cualquier cosa que se guíe más por la política contingente poniendo en juego la salud mental y física de los niños, es muy lamentable”.
La carta publicada en El Mercurio, deja en claro que volver a la presencialidad es esencial para el desarrollo emocional y la salud mental de todos los niños y niñas, siempre bajo los protocolos de seguridad y de acuerdo con los lineamientos de gradualidad, flexibilidad y voluntariedad.
“Como Consejo Asesor ‘Paso a Paso Abramos las Escuelas’, “hemos sido testigos de los grandes esfuerzos que han realizado las comunidades educativas en las difíciles circunstancias que vivimos y cómo se han liderado exitosos procesos de reapertura de clases presenciales”, menciona el escrito.
Gracias a ese trabajo, se logró que, durante 2021 el 63% de los establecimientos escolares y parvularios pudieran reabrir las puertas a sus estudiantes de forma presencial o parcial, lo que significó que más de un millón de estudiantes asistieran a algún tipo de actividad presencial. Se destaca que eso ha permitido que las comunidades escolares hayan vuelto a encontrarse en un ambiente seguro y mitigar así los impactos en aprendizaje y en la salud mental tanto de sus estudiantes, como de sus directivos, profesores y asistentes.
“Sin estas experiencias de reencuentro presencial, los efectos del Covid-19 serían muchísimo más graves de lo que están siendo para una generación completa de niños, niñas y jóvenes de Chile”, afirman en la carta las autoridades relacionadas a la educación y a la salud.
El doctor Humberto Soriano aclara en qué ha consistido el éxito de los niños que ya han vuelto a clases presenciales, afirmando que “gracias al retorno a la presencialidad es que se previenen todos los daños tremendos del encierro que incluyen depresión, ansiedad, intentos de suicidio, violencia intrafamiliar, sedentarismo, exceso de pantallas, desarreglo de los horarios del sueño y muchos otros”.
Soriano subraya que una de las mayores ventajas de este retorno es vivir la sociabilización que es clave en los adolescentes y en los niños menores. “Las clases presenciales garantizan un mejor desarrollo y una mejor salud mental”, asegura.
Algunas cifras del Ministerio de Educación de este año dan cuenta de que 70% de los establecimientos de la Región Metropolitana ha tenido actividades presenciales durante el primer semestre, y que se siguen inyectando recursos para que el sistema educativo pueda adecuarse a la pandemia.
Frente a eso, la directora ejecutiva de Acción Educar, Magdalena Vergara, sostiene “que la evidencia que se tiene respecto a las consecuencias en los estudiantes producto el cierre de los establecimientos educacionales es contundente, ya que los niños y jóvenes se han visto afectados en sus aprendizajes, en lo socioemocional e incluso en su nutrición”.
En el Diagnóstico Integral de Aprendizaje, que tiene como propósito contribuir a que las escuelas monitoreen internamente los aprendizajes socioemocionales y académicos de sus estudiantes, se estableció que un 80% de los alumnos de III y IV Medio vio perjudicado su proceso de aprendizaje por no asistir al colegio.
Por otro lado, también se han visto afectados en su salud física, “esto ya que la prevalencia de obesidad en escolares aumentó de 23,5% a 25,4% entre 2019 y 2020″, agrega Vergara.
Tales datos muestran solo parte de los efectos que ha tenido el cierre de escuelas y jardines en los niños y jóvenes del país. Por lo mismo, “en este segundo semestre se debe trabajar para garantizar que el derecho a la educación se cumpla y los apoderados tengan la opción de mandar a sus hijos a clases presenciales”, asevera Vergara.
En este sentido, Soriano insiste en que “la pandemia ha llegado para quedarse y la lucha y el desafío es que cada colegio en Chile esté preparado para volver a clases este año porque ya llevamos dos años con los niños fuera de clase y el daño es enorme. Tenemos que asegurar que los colegios, sobre todo los más vulnerables, puedan preparase con las medidas necesarias para prevenir el contagio”, subraya.
La información que se tiene hasta ahora indica solo un 0,04% de los estudiantes que tuvieron clases presenciales se contagió con Covid dentro de su establecimiento. Por lo tanto, “todos estos datos, y el panorama que tenemos hoy dan cuenta que sí es posible el regreso”, precisa Vergara.
Además, casi todos los profesores y asistentes de educación cuenta con su esquema de vacunación al día, y se comenzó a inocular a los estudiantes. Es por esto que Soriano concluye: “La noticia mala es que la pandemia vino para quedase, sin embargo, la buena noticia es que las vacunas funcionan y que las medidas de protección son eficientes. Los colegios deben ser durante la pandemia, los primeros en abrir y los últimos en cerrar, según las condiciones epidemiológicas de cada comuna”.