Más de cinco mil magísteres y doctores se han integrado a este nivel, y ya totalizan casi la mitad del cuerpo docente.
Más de 44.383 docentes -que trabajan el equivalente de una jornada completa- están registrados hoy en la educación terciaria. Y según las recientes cifras del Servicio de Información de Educación Superior (SIES) del Ministerio del ramo, desde 2013 se han sumando más de seis mil académicos a este nivel.
Dentro de este incremento, uno de los aspectos más destacados es el alza en el número de académicos con posgrado. Este año, el SIES registra a 21.796 docentes titulados de alguno de estos programas, cifra que refleja un aumento de 33% en relación a 2013 y que alcanza casi la mitad del total. De ellos, el 41% posee doctorado, mientras que el 59% cuenta con un magíster.
Además, desde 2013, estos docentes fueron el grupo que más aumentó en cantidad, totalizando más de cinco mil nuevas incorporaciones hasta este año. Esto significa que cada año se están sumando a la educación superior un promedio de 1.200 profesores con magíster o doctorado.
Según el Mineduc, los programas de becas impulsados por el Gobierno para que los estudiantes se perfeccionen en el extranjero, la implementación de programas especiales de Conicyt y el propio esfuerzo de los planteles para mejorar los estándares de calidad han colaborado en el incremento del número de este tipo de profesores.
Este último punto es recogido por dos expertos. A juicio del director del Centro para la Transformación Educativa de la U. Católica, Ernesto Treviño, este incremento responde, principalmente, a las presiones de la educación superior. “Las universidades tienen una enorme presión del sistema de acreditación por contar con doctores que hagan clases e investigación”, dice.
Y ese motivo -agrega- se materializa en la contratación de personas con este tipo de perfiles, lo que debiese “traer una mejor calidad a la enseñanza y un aumento de investigación”.
Por otro lado, Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar, plantea que el alza experimentada por estos académicos tiene que ver con un tema de madurez. “La contratación cada vez mayor de docentes con título de doctorado o magíster da muestra del nivel de desarrollo que está teniendo el sistema”.
Un tema a considerar para Figueroa son los recursos económicos de las instituciones de educación superior. En ese sentido, sostiene que hay que estar “muy atentos a cómo las políticas de financiamiento que se están diseñando puedan o no afectar el necesario desarrollo de las entidades” para no limitar un incremento de las contrataciones de este tipo de docentes.