Entre 6° básico y 4° medio, ningún nivel alcanzó el 60% de lo estipulado en el currículum, pese a que este se redujo. Ministro Raúl Figueroa aseveró que se está ante un “terremoto educacional”, que también impacta en el nivel emocional de escolares.
Por Dierk Gotschlich
Dramáticos, alarmantes y preocupantes. Estas fueron solo algunas de las impresiones que ayer las autoridades dieron al presentar los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizajes (DIA), sobre el nivel académico y el estado emocional de los alumnos luego de un año de clases a distancia.
Los bajos resultados obtenidos en Lectura y Matemática por los escolares confirmaron un escenario que, hace meses, proyectaban organizaciones nacionales e internacionales: que la educación online tiene un impacto negativo y aumenta las brechas según nivel socioeconómico.
El diagnóstico, desarrollado por la Agencia de Calidad de la Educación, fue contestado entre marzo y abril de este año por 7 mil colegios, abarcando 1,8 millones de estudiantes, lo que representa una participación de 81%. En base a cuestionarios que se podían responder física o virtualmente, se buscó ver en qué condición los menores iniciaron las clases en 2021.
Bajos aprendizajes en un currículum acotado
Según el diagnóstico, los escolares entre 6° básico y 4° medio no alcanzaron los conocimientos mínimos necesarios en Lectura ni Matemática, considerando además que el año pasado se redujo el currículum debido a la pandemia.
En Lectura, desde 6° básico, ningún nivel alcanzó el 60% de los aprendizajes, que equivaldría a tener una nota 4.
La situación es aún más complicada en Matemática. Entre 6° básico y 4° medio ningún curso superó el 47% de los aprendizajes. Los 2° medios, en tanto, solo aprendieron un 27% de lo que debían dominar el año pasado. Si se analiza por nivel socioeconómico, en los jóvenes más vulnerables ese porcentaje baja a 24%.
“Estamos ante un terremoto educacional y las réplicas se pueden sentir por años”, alertó el ministro de Educación, Raúl Figueroa, y aseveró que “necesitamos actuar todos juntos para devolverles a los niños los aprendizajes que perdieron el año pasado y las herramientas formativas que no han podido desarrollar, porque ya no tenemos un segundo que perder”.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Agencia, Daniel Rodríguez, dijo que “sabíamos, por lo que habían dicho distintas instituciones, como la OCDE, la Unesco, la ONU, que la suspensión prolongada de las clases presenciales, el confinamiento y todo lo que implica la crisis iba a tener un impacto significativo en los aprendizajes de los estudiantes. Pero ver datos es otra cosa”.
“El daño es más profundo de lo que esperábamos”, confesó.
Dificultades y asimetrías
Juan Pablo Valenzuela, académico y experto del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile, asegura que en los primeros cursos no se registraron malos resultados, “pero en el resto, son resultados elocuentes de una realidad muy desafiante, de mucha dificultad, nuevamente muy asimétrica e inequitativa”. Y lo explica porque “los estudiantes de mayor vulnerabilidad tienen una situación mucho más precaria”.
De hecho, hizo hincapié en que las brechas de rendimiento según la vulnerabilidad de los estudiantes son mayores desde 6° básico.
Si los resultados se traducen en nota, los escolares vulnerables de 3° medio promediaron un 3,2 en Lectura. Mientras que los de sectores acomodados, un 4,2. En Matemática, en tanto, las notas serían un 2,4 para sectores vulnerables y 3,3 para los no vulnerables.
Con todo, el investigador señaló que como es una herramienta diseñada en el contexto de pandemia, no se puede comparar con mediciones realizadas previamente. “No sabemos qué porcentaje tenemos estructuralmente en Matemática y en Lectura; no sabemos cuánto refleja la realidad de la cual provenimos de antes de la pandemia. Esto no tiene ninguna comparación”, explicó.
“Un remezón significativo”
Según Daniel Rodríguez, si se hubieran considerado todos los contenidos del currículum, como en un año normal, probablemente los resultados habrían sido peores.
Además, planteó que las brechas se agudizan en los cursos superiores debido a que en los primeros niveles las tareas son más fáciles y los menores suelen recibir apoyo de los padres: “Tienden a involucrarse bastante en la educación de sus hijos en educación básica cuando es remota”.
En cambio, a medida que los escolares van creciendo, los apoderados participarían menos de forma directa, “y eso hace que los alumnos contesten de manera más directa y que se manifiesten las brechas de forma más concreta. Es más visible”.
Francisco Contreras, director de Colegios que Aprenden, de Enseña Chile, plantea que los resultados son “otra evidencia más de que el sistema educativo tradicional que veníamos arrastrando, con malos resultados desde antes de la pandemia, no resiste para más, no estaba preparado para un remezón tan significativo”.
Asimismo, el director ejecutivo de la Fundación educacional Choshuenco, José Manuel Jaramillo, alerta que en los primeros cursos, los resultados en Lectura también están ligados al desarrollo personal y con sus pares, lo cual se complicó durante la crisis sanitaria. “Un niño no solo queda en una desventaja para aprender nuevos conceptos en distintas áreas, sino que también se abre una brecha en su crecimiento socioemocional”, dice.
El impacto socioemocional en los estudiantes también preocupa
Las autoridades de Educación valoraron el interés de los establecimientos por participar del estudio, que superó el 81%. Y también el de la mayoría de los estudiantes por volver a vincularse de forma tradicional con sus pares y profesores.
Por otro lado, lamentaron el impacto del confinamiento en niños y adolescentes desde el punto de vista socioemocional, que fue evidenciado por el diagnóstico.
Por ejemplo, sobre el 55% de los estudiantes de educación media declaró sentirse “aburrido”, más del 40% dijo sentirse “mal genio” o “enojado” y sobre el 54% señaló estar “con menos ganas de hacer cosas”.
En 3º y 4º medio, los estudiantes reconocieron que el tiempo que no asistieron al colegio afectó negativamente sus aprendizajes; en el primer caso, el 39% dijo que lo perjudicó “mucho”, y en el segundo esa cifra asciende al 43%.
Por otra parte, el 70% de los niños y jóvenes reconoció tener dificultades para expresar sus emociones.
Además, el 45% de los niños de alta vulnerabilidad señaló que le gustaría que los profesores les preguntaran cómo ha sido estar lejos del colegio. La cifra llega al 71% en escolares de 4º básico.
Desde la Agencia de la Calidad, Daniel Rodríguez plantea que “los resultados del diagnóstico no permiten decir de ninguna manera que una mayor disponibilidad de computadores habría hecho una diferencia”.
Esto, agrega, debido a que “las clases remotas son un reemplazo bastante débil de las clases presenciales, y si bien pueden ayudar, no es lo mismo y nunca lo van a ser”.
El director de Colegios que Aprenden de Enseña Chile, Francisco Contreras, sugiere que, sobre todo respecto del factor socioemocional, se deben “planificar el resto de 2021 y los años en adelante considerando este retroceso educativo, pero con lo que sí queremos lograr con los estudiantes”.
En ese sentido, añade que hay colegios que priorizaron el área socioemocional y eso no se ve reflejado en este diagnóstico, y quizás es interesante también abordarlo desde esa dimensión”.
Para hacer frente al diagnóstico, el Ministerio de Educación ha implementado iniciativas de acompañamiento a los menores, así como el plan “Chile Recupera y Aprende”, que inició en marzo para revertir el problema curricular de los estudiantes.
Frases destacadas:
Secretario Ejecutivo Agencia de Calidad de la Educación, Daniel Rodríguez: “Si se hubiese aplicado una evaluación que considerara todo el currículum, de todas maneras hubiera sido peor”.
Ministro de Educación, Raúl Figueroa: “Estamos ante un terremoto educacional y las réplicas se pueden sentir por años. En las crisis hay gente que se paraliza y gente que actúa. Acá necesitamos actuar todos”.
Directora ejecutiva de Acción Educar, Magdalena Vergara: “Los resultados son preocupantes especialmente en Matemática (…); la brecha entre estudiantes de alta y baja vulnerabilidad es más de 10 puntos porcentuales. Urge volver a clases presenciales”.
Directora Escuela Educación Inicial USS, Mariana Oyarzún: “Es muy preocupante porque son dos áreas transversales, Lectura y Matemática sirven para la vida, entonces el tema no es menor y hay que revisarlo con prolijidad”.