Inscritos en ambos niveles registraron un fuerte crecimiento en el último año. En los segundos, aumentaron en 57%, lo que representa el alza anual más alta desde que se tiene registro.La crisis sanitaria y su consiguiente imposibilidad de realizar actividades presenciales durante los meses más complejos de la emergencia hizo que se replantearan las rutinas pedagógicas, laborales y recreativas.
Por D. Gotschlich
En el plano educacional, los programas a distancia y semipresenciales adquirieron un rol mucho más protagónico, alcanzando un aumento histórico de más del 51% este año, algo que también se percibió en los niveles de posgrado y postítulos, según el último informe de matrículas del Servicio de Información de Educación Superior (SIES).
La cantidad de alumnos entre ambos niveles ascendió a más de 90 mil, superando en más de 20 mil al año pasado (ver infografía).
En detalle, en los posgrados, conformados por magísteres y doctorados, los inscritos crecieron un 17% respecto de 2020. Mientras, en el caso de los postítulos, que pueden clasificarse en diplomados, cursos de postítulos y especialidades médicas y odontológicas, aumentaron en 57,2%, lo que representa la mayor alza anual desde que se tiene registro en este nivel.
Aunque venía de una cifra a la baja entre 2019 y 2020, para los especialistas el fuerte aumento de este año supera el crecimiento habitual, y estaría directamente relacionado con la pandemia y los formatos remotos.
Según Rodrigo Román, investigador de Acción Educar, son los matriculados en programas no presenciales o semipresenciales los que explican el fenómeno: ‘Es un efecto de la no presencialidad de prácticamente todos los servicios de educación superior, la cual obligó a la comunidad educativa a repensar lo que significa un sistema a distancia’.
En ese sentido, dice que ‘los alumnos vieron que la educación a distancia era una posibilidad y las instituciones probablemente adecuaron su oferta académica en esa línea’.
Coincide José Joaquín Brunner, académico de la U. Diego Portales, quien considera que ‘un fenómeno que explica el crecimiento, sin duda, es la facilidad de seguir este tipo de cursos con una menor dedicación de tiempo gracias a la educación a distancia, porque mucha de esta gente ya trabaja cuando hace postítulos o posgrados’.
Otros factores, puntualiza el académico, son que las jornadas de trabajo cambiaron y muchos profesionales jóvenes que habían completado un primer grado decidieron usar una parte de su nuevo tiempo disponible en este tipo de programas, y también porque se aproxima una década más competitiva en el plano laboral.
‘Se sabe que el mercado laboral va a emerger dañado de la experiencia de los últimos dos años, por lo que hay un argumento utilitario que lleva a pensar a los individuos que con mejores calificaciones van a tener algo más de posibilidades en un mercado relativamente complejo’, concluye Brunner.
Más alternativas
Otro aspecto que explicaría el mayor interés por cursar postítulos y posgrados es que las instituciones han vuelto más diversos sus programas, para ajustarse a una demanda cada vez más variada.
En general, la tendencia al alza de estos programas durante la última década se refleja en que en 2007, en conjunto, representaban cerca del 3,7% de la matrícula total de la educación superior, mientras que este año ya bordean el 7%.
No obstante, esto no se ha percibido de igual forma entre los tipos de institución. Un análisis de Acción Educar determina una mayor presencia de universidades privadas en estos grados, tanto del Consejo de Rectores (CRUCh) como no de él, en comparación con las estatales, que denotan un ‘estancamiento’.
Al respecto, Román plantea que las instituciones estatales ‘son las que menos han aumentado la oferta de posgrados en los últimos 10 años, con un 7,2%. Mientras que las universidades privadas incrementaron en más del 50% su oferta’.
Frases destacadas
– “Lo clave es que el sistema educativo entienda la no presencialidad como una opción válida, adecuándose a las necesidades de los estudiantes’. Rodrigo Román, Investigador de Acción Educar.
– “Se combina el efecto tecnológico con los cambios en la disponibilidad de tiempos y la prevención de querer estar en una mejor situación para una etapa laboral difícil’. José Joaquín Brunner, Académico de la U. Diego Portales.