Los apoderados saben de los establecimientos principalmente por razones sociales y de ellos se informan a través de plataformas web, por ejemplo.
A fines del año pasado, Marialys Cárdenas tuvo su primera experiencia con el nuevo Sistema de Admisión Escolar (SAE). El objetivo del sistema -considerado uno de los pilares de la Ley de Inclusión- es terminar con la selección y discriminación arbitraria en los procesos de admisión a establecimientos con subvención del Estado. Para ello el Ministerio de Educación habilitó una plataforma web que permite postular sin necesidad de hacer fila o de peregrinar entre un colegio y otro.
La plataforma es la misma que Marialys usó cuando intentó cambiar a su hijo Guillermo desde el establecimiento particular subvencionado donde cursaba 8° básico, a uno municipal que venía bien recomendado. Había revisado los puntajes Simce y preguntó a su sobrina, una ex alumna de ese mismo colegio.
Guillermo no quedó en ese establecimiento, aunque sí lo hizo en otras dos instituciones que también inscribió en la plataforma. Finalmente optó por no cambiarse del colegio donde había estudiado la básica.
Difusión
Aunque parece contradictorio, el caso de Guillermo es la excepción y también algo común. Es una excepción porque, según datos del Ministerio de Educación, cuando en 2017 el sistema amplió su cobertura a cinco regiones -además de la de Magallanes y Antártica Chilena, la pionera-, 88,9% de los más de 81 mil postulantes fueron admitidos en establecimientos que inscribieron como sus dos primeras preferencias. Según indica el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, 56% de quienes postulan quedan en su primera opción.
“Si uno compara (la cifra) con experiencias internacionales de lugares que tienen sistemas semejantes, coincide”, indica Figueroa. Y agrega que a nivel de ministerio, la gradualidad que se estableció para implementar el sistema ha sido evaluada como positiva. “Ha permitido ir aprendiendo de la implementación y generar un cronograma más adecuado (ver recuadro). Por supuesto, la difusión de este nuevo mecanismo es fundamental para que tenga mayor éxito; la información a las familias es muy importante, sobre todo en un sistema como el chileno, que se basa en la libre elección”.
Aquí es donde el caso de Marialys y Guillermo se vuelve común: los papás que postulan al sistema escolar chileno conocen establecimientos principalmente por razones sociales, como que uno de sus hijos ya asiste a ese colegio, o porque familiares, vecinos o cercanos lo conocen.
Es lo que muestra un informe de Acción Educar sobre el nuevo SAE, que también indica que la mayor parte de las familias (14%) conoce cinco establecimientos al postular; 13% conoce cuatro, cifra que se repite en el caso de quienes conocen seis, y solo 6% conoce 10.
“Si se postula a pocos establecimientos y ocurre que todos están sobredemandados, la probabilidad de no quedar asignado aumenta. Los atributos que las familias buscan en los establecimientos son variados y por lo mismo, puede que existan escuelas que tengan dichos atributos, pero las familias no los conozcan. Y eso es un problema especialmente para las familias más vulnerables”, indica Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
Ferias de postulación
La mayor fuente de información es el entorno social, más que las vías formales -entre ellos los sitios web que pone a disposición el Mineduc-, plantea el informe.
“La socialización de la información, la conversación cara a cara permite ahondar e interiorizarse con el proyecto educativo y otras características del establecimiento. Esto no quiere decir que las páginas web sean innecesarias, pero su alcance es limitado. Más del 50% de las familias encuestadas respondió que una de las formas de informarse sobre los establecimientos era ir directamente a ellos. Uno podría pensar en aprovechar esto, y proponer una feria de postulación municipal, por ejemplo, en donde los establecimientos den a conocer en detalle su proyecto educativo y las familias puedan asistir a informarse”, dice Rodríguez.
El informe también indica que entre los atributos que las familias más valoran de un colegio están el rendimiento y la disciplina. Para medir el primero, se suelen guiar por los resultados Simce y por lo que dicen sus conocidos. Los comentarios de otros incluso pesan más que los resultados PSU (ver infografía).
Asimismo, 38,1% dice que la autoestima académica y motivación escolar son recursos clave a la hora de elegir un establecimiento, más que el número de niños por sala (25,6%) o el clima y convivencia escolar (20,6%). “El hecho de que las familias prefieran un establecimiento que esté orientado a la autoestima académica y motivación escolar es consistente con que también se fijen en el Simce”, concluye Rodríguez.