El Mercurio: Año escolar inicia con el gran desafío de revertir alarmante tendencia a la deserción estudiantil

En agosto, el Mineduc proyectó que unos 81 mil alumnos de entre 6° básico y 4° medio podrían haber abandonado en 2020. Ahora, los expertos anticipan un panorama “muy complejo” para el período entrante.

Por D. Gotschich

Junto a los diferentes ajustes que debieron realizar las comunidades escolares para el año académico 2021, que se inicia oficialmente mañana bajo distintas modalidades a causa de la pandemia del covid-19, una gran preocupación es que no todos los alumnos volverán a estudiar.

La deserción escolar es un fenómeno histórico, pero que al igual que otras problemáticas sociales se ha visto agudizada de forma importante durante el último año.

Se prevé que la interrupción por prácticamente todo un año de las clases presenciales, además de la condición de vulnerabilidad de muchos jóvenes que se vieron en la necesidad de apoyar económicamente a sus familias, aumente la cantidad de niños y adolescentes fuera del sistema escolar.

El Gobierno, de hecho, proyectó en agosto que el aumento sería de cerca de 81 mil alumnos de entre 6° básico y 4° medio que podrían haber dejado de estudiar durante 2020, un alza del 44% si se considera que la cartera calculaba en 186 mil los alumnos desertores hasta ese entonces. Hoy serían más de 264 mil.

El ministro de Educación, Raúl Figueroa, plantea que esto recién se comprobará con claridad en marzo, comparando los alumnos del año pasado que ya no figuren matriculados en ningún establecimiento.

Sin embargo, también destaca que iniciativas de la cartera, como la creación de una mesa de trabajo para abordar la deserción, ayudó a generar políticas públicas para disminuir el porcentaje de estudiantes que habían perdido el vínculo con su establecimiento, lo que también abre una oportunidad para enfrentar esta problemática.

“El porcentaje de estudiantes sin participación pasó de 10,4% en agosto, al 8,9% en septiembre, 7,1% en octubre, 5% en noviembre y 3,9% en diciembre. Si analizamos el semestre completo, estas cifras implican que se recuperó el vínculo con más del 60% de los estudiantes que se encontraban desconectados”, detalla el secretario de Estado.

Así, aún en medio de la emergencia sanitaria, tanto para el Mineduc como para diferentes especialistas en la materia, 2021 se constituye en un año clave para definir el futuro de miles de niños y jóvenes del país.

Vías de solución

Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar, afirma que “lo que uno ve es que efectivamente va a ser un año muy complejo, donde las probabilidades de que exista una mayor deserción es alta”.

La abogada considera que mecanismos como el Sistema de Alerta Temprana o el Sistema de Gestión Escolar deberían tomar mayor protagonismo: “Creo que mediante eso se debe hacer un trabajo mucho mayor, y por supuesto, dado el año que tuvimos, tener medidas que permitan comunicarse de mejor forma con los padres y con los propios estudiantes”.

Liliana Cortés, directora ejecutiva de Fundación Súmate (Hogar de Cristo), coincide en que el panorama es complejo, teniendo en cuenta que durante 2020 se observaron con fuerza dos tipos de deserción: la tradicional, caracterizada por jóvenes desmotivados que no le ven mucho sentido a seguir estudiando, lo que se habría acrecentado por la necesidad de generar recursos; y una segunda protagonizada por quienes ya sentían un bajo aprendizaje en su experiencia educativa, y que con un año de suspensión de clases y la incertidumbre de otro período amenazado por la pandemia, abandonan las escuelas.

“Todavía no se plantea como un año con muchas certezas. Entonces, se preguntan: ‘¿Para qué? Si no sabemos si vamos a terminar o ir a clases’. Son elementos a los cuales los jóvenes son muy sensibles y creo que ahí se podría dar la cifra proyectada por el ministerio”, puntualiza.

Paula Acevedo, experta en el área de Habilidades Socioemocionales de Fundación Educacional Seminarium, coincide en que “Chile presenta uno de los mayores desafíos en estos últimos años”, ya que las clases remotas y el gradual regreso a las aulas este año “agudizan ciertas condiciones que estaban en la base de las problemáticas del sistema educacional chileno”.

Desde esa perspectiva, añade, que la deserción “claramente es uno de los problemas educacionales más serios que enfrenta Chile en la actualidad”.

Carlos Henríquez, coordinador general del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación de Unesco, señala que Chile ha sido pionero en formar una mesa de trabajo para enfrentar la deserción, pero considera que “tiene que ser algo que se siga transformando en planes concretos, porque la acción de las comunidades educativas, de los colegios, de los maestros, finalmente marca la diferencia para que esto se pueda revertir”.

En esa línea, enfatiza sobre la importancia de la presencialidad para el monitoreo y acompañamiento de los menores: “La prioridad para 2021 tiene que ver con el vínculo, la conexión, el diagnóstico de dónde están los niños, para que los apoyos y las estrategias sean pertinentes a donde está cada niño en su trayectoria de aprendizaje”.

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