Según el estudio, los niños con necesidades especiales son lo más afectados, con hasta el doble de síndromes específicos.
Por M. Hernández
El confinamiento y los cambios que ha generado la pandemia en la rutina de los escolares han producido consecuencias en su salud mental. Así lo afirma un estudio del Centro de Justicia Educacional de la U. Católica, donde se explora el impacto socioemocional de los alumnos con y sin Necesidades EducativasEspeciales (NEE).
La investigación abarcó a apoderados de 346 niños y adolescentes, de entre 4 y 18 años, quienes respondieron, en octubre de 2020, el cuestionario Child Behavior Checklist, sobre los problemas emocionales y de conducta de sus hijos, tales como ansiedad, depresión, problemas atencionales, y se clasifican tres rangos: normal, riesgo y clínico.
En general, los niños con necesidades especiales -en este estudio se analizaron los resultados de escolares con discapacidades auditivas o visuales- muestran mayores problemas totales: Normal, 55%; Riesgo, 13%, y Clínico, 33%, frente a quienes no tienen necesidades especiales, con 71%, 8%y 21%, respectivamente. Además, en el caso de los NEE, los diagnósticos por trastornos emocionales llegan a duplicarse (ver infografía).
Catalina Santa Cruz, investigadora del estudio, explica que “antes de la pandemia no estábamos tan bien, comparado con la población normal. Pero más allá de eso, el problema es la duplicación de las cifras de riesgo y clínico y cómo los niños con necesidades especiales se ven mayormente afectados”. Y menciona que al comparar estos resultados con los años 2018 y 2019, donde se analizó una muestra específica de participantes que cursan 2° básico, se evidencia que en la prepandemia los resultados arrojaban conductas normales (79%), de riesgo (12%) y clínicas (9%), mientras que ahora aumentaron a 20% los problemas clínicos, 11% el riesgo y bajaron a 69% los casos normales.
Frente a eso, Santa Cruz plantea que las consecuencias son, “de partida, menos rendimiento académico, pero además se encuentran con una serie de problemas sociales que marcan el desarrollo de sus vidas”. Y recomienda las consultas domiciliarias que ha desarrollado la atención primaria de salud durante la pandemia, así como reforzar la parentalidad a los padres y que los colegios generen espacios de autoconocimiento a los jóvenes, así como se redujo el currículum por la pandemia.
Mauricio López, académico de la U. de Chile, afirma que lo más importante es “poner la acción y atención en aquellos niños que están en mayor situación de vulnerabilidad y sufrimiento en este contexto”.
Coincide la directora ejecutiva de Acción Educar, Magdalena Vergara, quien sostiene que los escolares con necesidades especiales se ven más afectados por “una falta de apoyo más continuo que les ayude a guiar sus aprendizajes”. Y plantea abrir escuelas “incluso en situaciones de cuarentena, para que entreguen apoyo a estos niños que se encuentran en una situación que requiere mayor apoyo, así como a estudiantes más vulnerables”.
Ver noticia en El Mercurio.