“No es necesario, porque los cuidan en la casa”. Esa es la razón que da el 74% de los hogares chilenos que no envía a sus hijos a los jardines infantiles.
Pese a que todos los especialistas coinciden en que los primeros años de vida son claves para el desarrollo de los niños, aún más de la mitad de ellos no están matriculados en la educación parvularia. Sin embargo, la buena noticia es que esta postura va a la baja.
Así lo revelan los datos de la encuesta Casen 2013 en el área de Educación, publicados ayer por el Ministerio de Desarrollo Social. Según advierten las cifras, en 1990 solo 15,9% de los niños entre 0 y 5 años asistía al nivel preescolar, lo que subió a 26,8% en 2000 y hoy llega a 49,1%.
“Queda demostrado que los esfuerzos sostenidos de los distintos gobiernos han sido efectivos en materia de acceso. El desafío ahora es calidad e inclusión”, sostiene el jefe de Educación General del Mineduc, Gonzalo Muñoz.
En esa línea, destaca la reciente aprobación del proyecto que crea la Subsecretaría de Educación Parvularia y del que regula la apertura de jardines infantiles. Este último, enviado por el Gobierno anterior pero recogido por las actuales autoridades.
Muñoz afirma que de todas maneras aún hay que avanzar en cobertura, especialmente en los sectores más vulnerables, donde la asistencia es de apenas 24% en menores de 3 años. Por ello destaca el plan para construir 4.500 salas cunas y 1.200 salas para jardines infantiles.
Para Raúl Figueroa, director de Acción Educar y ex asesor del Mineduc, los datos de la Casen también son destacables. Por lo mismo, enfatiza que “hay que poner ahí mayores esfuerzos y convendría focalizar las medidas antes ahí que en la gratuidad universal en educación superior”.
Propone rescatar los proyectos de subvención para los niveles medio menor y medio mayor, con énfasis en los más vulnerables.
Pero mientras en el nivel parvulario el acceso aún es un desafío, la Casen confirma que la cobertura del nivel escolar ya supera 90%. Aquí, los desafíos están en las diferencias, ya que con la reciente instalación de la SEP para educación media, aún un importante porcentaje de los jóvenes con menos ingresos pagaba mensualidad.
Algo que, para Gonzalo Muñoz, confirma el fin del financiamiento compartido que, con la aprobación de la reforma, comenzará en 2016.
De todas formas, los datos confirman la caída de la educación pública y el alza de la subvencionada, incluso en los niveles de más ingresos: ahí 47% de los niños asiste a un colegio subvencionado, 11,6% a uno público y 40% a uno pagado.
10% que no envía al jardín a sus hijos cree que “no es necesario”.
50% de los jóvenes vulnerables asiste a colegios municipales y 41%, a subvencionados.
5,6% de los jóvenes tiene rezago escolar , es decir, está en un curso al menos 2 años inferior al que debería.