Varios cursos serán divididos en grupos o ‘burbujas’ que alternarán su asistencia. Algunos recintos privilegiarán que vayan los más pequeños y los mayores.
Por V. González
Aún quedan seis semanas para que los estudiantes vuelvan a clases, pero los colegios ya enviaron al Ministerio de Educación sus planes para retomar la mayor presencialidad posible.
Según los datos de la cartera, un 40% de los recintos piensa recibir a todos sus alumnos de modo presencial, diariamente; en su mayoría, son establecimientos rurales. La opción más mencionada, no obstante, que tomó un 48%, fue implementar un modelo de ‘días alternos’ que combine actividades en las aulas y en los hogares.
El ministro de Educación, Raúl Figueroa, destaca que ‘lo que hacen es prepararse para combinar de la mejor manera posible lo presencial, dándole prioridad, con una educación a distancia cada vez que (.) eso sea necesario’. Este año, añade, ‘el apoyo del ministerio será permanente’ para implementar los protocolos necesarios y se potenciarán recursos como la web Aprendo en Línea.
En este escenario, hay recintos que privilegiarán la asistencia a las salas todos los días para ciertos niveles: los más pequeños y los mayores, de 3° y 4° medio. Así lo harán en el Colegio Mariano, donde todos los escolares, desde el nivel medio menor hasta 2° básico, tendrán la posibilidad de ir diariamente.
La directora, Denise Ramírez, dice que lo decidieron así para favorecer la organización familiar y por la mayor dificultad de los más chicos para la enseñanza online. Aprendizajes cruciales, como la lectoescritura, se adquieren en esos niveles.
La división en grupos o ‘burbujas’ será clave. La Scuola Italiana, por ejemplo, difundió que en fase 2, 3 y 4 del ‘Paso a paso’, desde 1° básico a 4° medio tendrán clases presenciales en la mañana y virtuales en la tarde, con cada curso dividido en dos grupos para turnar la asistencia. En el Colegio Pedro de Valdivia de Las Condes, según lo informado para marzo, cada ‘burbuja’ o grupo se alternará las semanas presenciales.
En los contextos más vulnerables hay una especial preocupación por la presencialidad. Katherine Peñaloza, directora de la Escuela Su Santidad Juan XXIII, en La Legua, dice que el año pasado constataron que había ‘necesidades de estudiantes y familias, que no tienen forma de poder trabajar y recibir apoyo pedagógico’ si no iban al colegio. Piensan trabajar con tres grupos que asistan en ciclos de 14 días al recinto. A esto quieren sumar tutorías para nivelar a quienes lo necesiten.
Magdalena Vergara, directora de Acción Educar, destaca que el diseño de estos planes implica un ‘tremendo paso’. En este proceso, releva ‘la flexibilidad que se ha dado para que puedan adaptarse a las formas que son más convenientes para ellos, conforme a las particularidades que tiene cada uno’.
Para las clases híbridas, los colegios están invirtiendo en cámaras y micrófonos. A esto se suman otros desafíos. ‘El gran problema que la mayoría ha encontrado es que no existen plumones de pizarra con un grosor mayor, y ver desde la casa es complejo’, explica Ramírez.
En su colegio, como en otros, flexibilizarán el uso del uniforme para aliviar la carga económica y facilitar la higiene. Peñaloza cuenta que harán lo mismo: ‘Lo que nos interesa es que los estudiantes, bajo todas las normas sanitarias y con todo el apoyo desde el servicio de educación pública, asistan’.