El Liceo A-131 de Buin es el más grande de la comuna. Tiene capacidad para recibir a 4.800 alumnos, pero los matriculados son dos mil menos.
La falta de inscritos que había en ese plantel, al igual que en otros de la comuna, hizo que el año pasado se decidiera que los 200 estudiantes del colegio Rayenmapu -de un máximo de 700- pasaran al Liceo A-131. A pesar de este cambio, el Liceo sigue con 12 salas vacías.
En la municipalidad atribuyen esta situación, en parte, a la proliferación de los colegios subvencionados. Cristián Bello, director de Educación de la Corporación de Desarrollo Social, cuenta que entre 1998 y este año se han construido 20 colegios con financiamiento mixto y las escuelas han perdido en total 4.500 alumnos.
Las “sillas vacías” no solo se encuentran en Buin, sino que también están en distintas comunas. Al punto de que, según análisis de la Asociación Chilena de Municipalidades, con los colegios que tienen y considerando sus profesores, estarían en condiciones de recibir a 300 mil niños más. Esto representa un 22% de su matrícula -la que bordea los 1,3 millones-, por lo que están operando al 78% de su capacidad.
“Cuando se discutió qué ocurriría con los colegios subvencionados, hicimos el ejercicio de saber de cuántos niños nos podríamos hacer cargo, y estimamos que eran cerca de 300 mil más de los que tenemos hoy”, resume Gonzalo Navarrete, presidente de la comisión de Educación de la asociación.
Según el también alcalde de Lo Prado, la “capacidad ociosa” no se da en todas partes. Advierte que en Puente Alto, Maipú y La Florida ha crecido mucho la población, sin que se creen nuevos colegios.
Distinto es el caso de comunas como la suya, Cerro Navia, Pudahuel y La Granja, donde la fuerte caída de matrícula sí ha dejado espacios por completar.
“En los últimos años, logramos estabilizar la matrícula. Esta venía bajando porque no teníamos un proyecto identificable para la gente (…). Entonces, generamos uno e iniciamos cambios de directores”, dice.
Consecuencias
Raúl Figueroa, director de Acción Educar, sostiene que la baja de alumnos en las escuelas públicas “se traduce en una disminución de recursos que si no es abordada por los municipios, perjudicará a sus colegios”.
Según los ediles, la fuga de alumnos ha llevado a que los municipios tengan una deuda de US$ 344 millones, la que se explica principalmente porque los “costos fijos” de mantener un colegio se mantienen, mientras que los ingresos disminuyen.
Incluso, Figueroa puntualiza que la deuda se vería acrecentada, porque “a pesar de la disminución de matrícula del sector municipal, su planta docente ha aumentado de 79 mil en 2003, a 89 mil en 2012”.
Otras realidades
Según datos de la OCDE, en el año 2000, Chile tenía un promedio de 35,8 alumnos por sala en las escuelas públicas. Once años más tarde, ese promedio bajó a 29,6 alumnos.
“Hoy tenemos una capacidad para 15 mil alumnos, pero más de la mitad de los cupos están desocupados, ya que bordeamos una matrícula de unos 7.500 alumnos”, señala el alcalde de Cerro Navia, Luis Plaza.
En los últimos ocho años, esa comuna ha perdido, según datos del Mineduc, 40% de su matrícula. Por ello, Plaza sostiene que “si esto no se ordena, el día de mañana vamos a tener muchos colegios desocupados”.
La realidad en Quinta Normal no es muy diferente. “Desde 2011 que las tomas han venido mermando considerablemente nuestras matrículas, ya que a los padres no les gusta que sus hijos pierdan clases”, señala Antonio Saavedra, secretario de la Corporación de Desarrollo Social.
Según él, hay colegios donde la capacidad ociosa llega al 60%.
En La Pintana, el panorama no mejora. Según Jaime Pavez, alcalde de la comuna, cada año, “casi mil sillas quedan desocupadas”.
Mineduc busca cambiar la forma en que se asignan los recursos
Aunque recién este semestre se presentará formalmente el proyecto que creará la red pública de colegios y que iniciará la desmunicipalización, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, ya ha dado algunas luces de los cambios que traerá esta iniciativa al sistema educativo.
Uno de ellos, quizás de los más importantes, es que se modificará la forma en como se financian hoy los colegios públicos, pasando de la sola subvención por asistencia a clases a un método de pago mixto, que incluirá la matrícula de cada establecimiento (variable), pero además fondos directos para los gastos fijos, como el pago de profesores.
El ministerio planea, además, que aquellas escuelas que cuenten con Estatuto Docente tengan un esquema de recursos distinto a las que no. Así, un colegio subvencionado podría lograr más recursos si decide suscribir este. Eso sí, se trataría de un nuevo sistema docente, que se modificará a través de otro proyecto de ley.
Además, la desmunicipalización contempla un sistema de trabajo directivo en que la comunidad escolar pueda evaluar sus desempeños.
5.425 colegios tiene el sistema municipal actualmente, 713 menos de lo que había hace ocho años.
505 mil alumnos se han ido del sector público desde 2005. Hoy la matrícula es de 1.325.740 niños, lo que representa el 37% del total.
29 alumnos por curso tienen los colegios públicos en Chile, según datos de la OCDE. Hace 14 años, la proporción era de 36 niños por cada nivel.
US$ 344 millones fue el déficit de la educación municipal el año pasado. La cifra se ha triplicado en una década. A ello se suma la deuda de arrastre del sector, que llega a US$ 490 millones.
40 comunas hoy deben transferir más del 20% de su presupuesto para financiar lo que la subvención del Estado no logra cubrir en los colegios.