La próxima semana, el Ministerio de Educación daría a conocer los resultados de la investigación que definirá el futuro del plantel.
Tan solo tres caminos podrá seguir la Universidad Iberoamericana desde la próxima semana, una vez que el Ministerio de Educación dé a conocer los resultados de la investigación iniciada en marzo de este año.
Según indicó hace más de dos semanas la jefa de Educación Superior del Mineduc, Alejandra Contreras, las opciones para este plantel en crisis se reducirían solo a tres: absolución, nombramiento de un administrador provisional o cierre.
Ante esto, tres expertos analizan la situación de la institución y entregan sus conclusiones sobre cuál debiese ser la mejor alternativa para lidiar con la crisis de la U. Iberoamericana.
La mejor opción
De manera tajante, el académico de la U. Diego Portales, José Joaquín Brunner, entrega su punto de vista. “Me parece que hace rato debió haberse designado un administrador provisional”, señala.
Con todo, Brunner defiende esta opción y dice que lo que debiese ocurrir es que el Mineduc nombre a este administrador durante los próximos días. A su juicio, con este funcionario al mando se podrá “preservar mejor los derechos de los estudiantes y se resolverá mejor la inestabilidad en que se encuentra la institución”.
De la misma forma opina Ernesto Treviño, director del Centro para la Transformación Educativa de la U. Católica. “Probablemente, toda la información disponible apunte a que la universidad tiene dificultades para sustentarse económicamente, y una vez que las instituciones entran en esta situación -y ya hemos tenido algunos ejemplos- se produce una especie de pánico bancario en el sentido de que es muy difícil que logren reclutar nuevos estudiantes”.
Este hecho, agrega Treviño, hace “razonable” asignar un administrador provisional en el plantel para que se “haga una mirada desinteresada de la situación de la U. Iberoamericana”.
Fusión
A diferencia de Brunner y Treviño, el director de ejecutivo de Acción Educar, Raúl Figueroa, postula una idea diferente. Si bien señala también la necesidad de contar con un administrador provisional, enfatiza la idea de incluir otros métodos, ya que “no necesariamente esta opción garantiza una solución efectiva para la universidad y sus alumnos”.
De esta manera, Figueroa sostiene que el ministerio debe abrirse a la posibilidad de incluir a otras universidades en el proceso. “Es importante que el administrador provisional tenga alternativas a mano para poder dar soluciones efectivas a los alumnos y, por lo tanto, la alternativa de dar continuidad de estudios a través de mecanismos de fusión es importante”, advierte.
Radicalmente opuestos a los argumentos de los expertos, desde la Federación Interina de Estudiantes de la U. Iberoamericana exigen que se decrete el cierre de su plantel.
“Como alumnos confiamos en que el ministerio sacará la resolución más conveniente para nosotros, pero creemos que, incluso, la alternativa del administrador provisional no podría ser tan viable”, cuenta el dirigente Jaime Aguilera. Y agrega: “El giro de la universidad no cuenta con patrimonio alguno (…) por lo que el administrador provisional no tendría mucho que hacer con lo que queda en nuestra casa de estudios, por eso apelamos al cierre de la entidad”.