El Mercurio: Déficits financieros de los CFT estatales develan problema de bajas matrículas en esos centros

Al ser financiados principalmente por aranceles, los recintos técnicos tienen menos recursos. La mayoría aparece con menos de 500 estudiantes en el 2022, y necesitan un piso de 1.500 para funcionar bien.

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Fueron aprobados en 2016, durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet, con el fin de fortalecer la calidad de la educación técnica y buscar un currículum académico pertinente a los requerimientos de cada región.

Sin embargo, y a pesar de que algunos comenzaron a funcionar años después de la promulgación de la ley, hoy algunos centros de formación técnica estatales (CFT) tienen problemas para financiarse.

La subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa, comenta que en 2022 “se instruyó una reasignación presupuestaria de casi $4.000 millones, la cual permitió fortalecer las capacidades en las instituciones y cerrar el año 2022 con mejores condiciones económicas“. Asimismo, “se adelantó la entrega de ciertos recursos para entregar liquidez a las instituciones”. También, comenta que, en la discusión de la Ley de Presupuestos, “se acordó la constitución de una mesa encabezada por el Ministerio de Educación y la Dipres, que junto a la Red de Rectoras y Rectores de CFT estatales, elaborará un diagnóstico común sobre la situación y analizará una nueva estructura de financiamiento”.

Asimismo, existe el compromiso de “adoptar con flexibilidad nuevas medidas para evitar que cualquiera de ellos pudiere ver afectada su continuidad operativa”.

Expertos

Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar, dice que “probablemente la situación es distinta en algunos casos y no es un problema general. En el caso de que algunos no sean viables, creo que los recursos estarían mejor puestos en otra parte y esos centros deberían cerrarse; o hacer modificaciones que permitieran que se salvaran. Por ejemplo, cambiarlos a ciudades más pobladas o modificar su oferta”.

Asimismo, José Joaquín Brunner, experto en educación de la UDP, plantea que “el asunto clave es el crecimiento de la matrícula, o sea, cuán atractivos son para los jóvenes y adultos de su entorno local y regional. Habría que evaluar a cada uno por una instancia independiente para ver qué servicio prestan, cuál es la demanda que tienen y cómo se proyecta su solidez económica”.

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