Se señala que junto a sus padres, los menores podrían ir a prácticamente cualquier parte, menos a clases presenciales.
Por Dierk Gotschlich
El retorno presencial a los establecimientos ha estado marcado por el temor sobre el riesgo de contagio de coronavirus en estos espacios, algo que para las autoridades de Educación y especialistas se vuelve menos probable cuando se aplican los protocolos adecuados y la situación epidemiológica lo permite.
Así, desde el año pasado, han impulsado el retorno presencial, a lo que se sumaron apoderados y otras agrupaciones, apoyándose en estudios que evidenciaron el impacto del confinamiento en los menores.
No obstante, también hay sostenedores que han decidido postergar la reapertura, como igualmente se han agregado nuevas cuarentenas por el rebrote de la pandemia.
Con todo, diferentes voces han cuestionado la efectividad del aislamiento junto a la implementación del pase de movilidad para la población vacunada, ya que los adultos pueden hacer diferentes actividades con sus hijos, pero estos no pueden asistir a colegios o jardines infantiles.
La encargada de proyectos de Acción Educar, Pía Turner, planteó ayer en una carta al director de “El Mercurio” que se requiere reformular el plan “Paso a paso” por este motivo. “Se genera una tremenda inconsistencia”, señaló.
“Hemos visto que cuando se define este tipo de medidas, la educación casi nunca ha sido tomada en cuenta, y nos encontramos con inconsistencias como la de un pase con el que niños en cuarentena podrían ir a cualquier lugar abierto dentro de su región, pero no asistir a su escuela o jardín”, añade.
Es una postura en la que también insisten agrupaciones de apoderados que buscan que sus hijos retornen a las aulas. Lucía Butazzoni, profesora y vocera del movimiento “Escuelas Abiertas”, señala que los permisos otorgados por el pase de movilidad, versus la restricción de las cuarentenas, son “contradictorios y absurdos”.
En esa línea, señala que “es hora de que el plan “Paso a paso” se modifique con una perspectiva de la infancia, porque hemos estado un año y cuatro meses en pandemia y todas las medidas han sido tomadas adultocéntricamente”.
Desde la agrupación insisten en que han solicitado en reiteradas oportunidades al Ministerio de Salud que se creen dos tipos de cuarentenas. “Una fase intermedia, entre la 1 y la 2. Cuando la transmisión comunitaria está alta es necesario cerrar los colegios, pero luego viene una fase en que bajan un poco los contagios y que tiene que haber un matiz entre abrir los colegios y abrir todo lo demás”, añade Butazzoni.
Sin poder funcionar
La apertura de decenas de establecimientos se vio frenada tras los últimos retrocesos de comunas a cuarentenas. Una de ellas es Colina, que desde el lunes volvió a fase 1.
Su alcalde, Mario Olavarría, comenta que “con el Ministerio de Educación estábamos trabajando la vuelta a clases presenciales después de las elecciones, con los aforos y todos los protocolos, y eso se fue al tacho de la basura”.
A juicio del edil, la cuarentena no se refleja en la vía pública: “Estamos en una situación muy complicada, porque la fase 1 es de mucha restricción, aunque ahora, con el pase de movilidad, anda bastante gente en la calle”.
En ese sentido, Olavarría critica que “ha faltado coherencia en las decisiones que se han tomado (.). Dicen que los niños no pueden ir al colegio porque se van a contagiar, pero son los mismos padres que están yendo a votar o se van a la playa”.
La misma sensación tienen en Lo Barnechea, donde los recintos educativos también tuvieron que cerrar producto de la restricción.
El director del colegio Polivalente San Rafael de dicha comuna, Douglas Barry, dice que “es un retroceso desde todo punto de vista para los estudiantes, porque un aspecto esencial en los procesos de aprendizaje son las rutinas, dinámica y la estabilidad. Esto viene a cortar mucho de eso”.
De esta forma, plantea que “el pase de movilidad es uno de los elementos con los que se tendría que haber tenido más cuidado, junto con muchos otros, para evitar un retroceso en el plan Paso a paso”.
Uno de los aspectos que plantean especialistas y algunas comunidades es que los establecimientos son espacios más seguros que otros, ya que los menores están vigilados.
Barry señala que “hemos pesquisado que los contagios se han dado más en los alumnos que han permanecido en la casa, porque están en un ambiente cerrado, no se mueven y hay visitas”.