Expertos sopesan los distintos retos que enfrentarán los jóvenes. Evalúan los resguardos sanitarios como adecuados, pero también llaman a ajustar las expectativas de rendimiento.
Por V. González
A las 10:00 horas, jóvenes a lo largo de todo el país comenzarán a responder sus facsímiles de Comprensión Lectora. Ese minuto marcará el comienzo de la Prueba de Transición, a la que los postulantes llegan luego de un insólito 2020: su último año de preparación -para muchos el más intenso- transcurrió en medio de una pandemia y casi solo con educación en forma remota.
‘Se me hace imposible pensar en algún escenario más complejo que este para un alumno de 4° medio’, reconoció incluso el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, ayer tras visitar un local de rendición y llamar, nuevamente, a descartar cualquier intento de boicot, como el que impulsaron en el proceso anterior algunas organizaciones de secundarios.
Tensiones de todo tipo -sanitarias, pedagógicas e incluso de seguridad- atraviesan este examen de acceso a las universidades. De hecho, el panorama en salud es tan complejo que, incluso, otros países desistieron. ‘Inglaterra o Irlanda, que decidieron no hacer la prueba, tuvieron bastantes problemas’, apunta Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar. ¿Los más afectados? Los más vulnerables, advierte la experta, quien añade que hay experiencias internacionales que muestran que si se toman resguardos como los que tendrá Chile, se puede lograr.
1. Contexto sanitario
Con los casos de coronavirus en alza, padres y postulantes enfrentan una preocupación adicional a la de otros años: ¿Puede esta prueba terminar en contagios? El protocolo preparado por las autoridades contempla medidas como el uso constante de mascarillas, la ocupación de cerca de 50% del aforo de las salas -motivo por el que hay dos fechas de rendición, una hoy y mañana, y la siguiente, el jueves y viernes-, sanitización de los espacios y distanciamiento físico. ‘Hay una ventilación natural que permite una circulación de aire muchas veces por minuto, también eso disminuye significativamente el riesgo’, destacó ayer el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac.
A juicio de la epidemióloga de la U. Andrés Bello María Jesús Hald, ‘lo bueno es que se establecieron estos protocolos, lo que hace que se proteja no solo a los postulantes, sino que también, con los kits sanitarios, al personal’. La experta considera que el riesgo es similar al de ‘los trabajos de oficina’ y recomienda, eso sí, ir un poco más allá de lo recomendado y mantener una distancia de dos metros.
Pablo Vial, infectólogo y miembro del Consejo Asesor Covid-19, cree que los jóvenes ‘debieran sentirse seguros’. ‘Hay antecedentes de cómo se toman las pruebas presenciales en muchas universidades, exámenes, y ha resultado ser una experiencia segura. Esas son todas las precauciones que se deben tomar’, apunta. Eso sí, añade que ‘es importante que obviamente haya una autoexclusión de aquellos que tengan síntomas o sientan que pueden haber tenido riesgo, no solo que estén en Epivigila’.
Hasta el día de ayer, 535 postulantes inscritos en las pruebas figuraban, según los registros sanitarios, con cuarentena obligatoria. Para quienes sigan en esa condición durante esta semana, más adelante habrá una tercera aplicación. Según un documento de Carabineros, esta sería el 22 y 23 de enero; sin embargo, el Mineduc aún no ha oficializado una fecha.
2. Impacto educativo
Magdalena Vergara, directora de Acción Educar, sostiene que ‘sin duda que con el contexto y el año de educación remota, ha sido una preparación mucho más compleja para los estudiantes’, y advierte que podrían, eventualmente, agudizarse ciertas brechas de rendimiento.
Con todo, recalca que hay varios ajustes que debutan en este proceso de admisión que podrían ser especialmente favorables. Por ejemplo, el hecho de que las universidades ya no deban ponderar con 50% los puntajes de las pruebas (ahora, el mínimo es 30%). A esto se suma el aumento de la admisión especial (20% en los planteles y hasta 25% en zonas extremas) y la posibilidad de que los jóvenes puedan postular si están en el 10% de mejor rendimiento de su generación, sin importar el puntaje obtenido en los test obligatorios.
También hubo modificaciones a la estructura de las pruebas, a las que luego se sumaron más cambios para acotar el currículum por la crisis sanitaria. ‘Se eliminaron muchos contenidos que no todos tuvieron la oportunidad de aprender, también es una prueba que transita hacia una más pertinente, más cercana’, destacó ayer Leonor Varas, directora del Demre.
Pese a lo anterior, el impacto emocional de todo lo vivido con la pandemia es un hecho. Viviana Tartakowsky, directora de la Facultad de Psicología de la U. Bernardo O’Higgins, explica que las consecuencias de esta crisis generan ‘una fragilidad emocional nunca antes vista’ y que esto puede influir en el desempeño, en mayor o menor medida según la magnitud de los hechos vividos en los últimos meses. Por esto, llama a tener ‘expectativas realistas’.
Un elemento relevante, de todas formas, es que los puntajes se ‘normalizan’. Es decir, son sujetos a una transformación para ordenar a los postulantes y cada año la media está en 500 puntos. ‘No necesariamente no van a entrar a las carreras, porque cambia el panorama para todos’, sostiene Vergara.
Otro punto a considerar es que en las pruebas obligatorias (Comprensión Lectora y Matemática) el tiempo será el habitual -dos horas con 30 minutos y dos horas con 20-, pero las preguntas bajaron de 80 a 65.
3. El fantasma del boicot
Aún están frescos los recuerdos del sabotaje que, hace casi un año, organizaciones de secundarios impulsaron durante la última Prueba de Selección Universitaria. En diciembre, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) se tomó las oficinas del Demre y exigió nuevamente acceso universal a la educación superior. Ayer publicaron en sus redes sociales una ‘guía’ para movilizarse . ‘Si te quieres movilizar, dale! Y si quieres darla (la prueba), puedes ver cómo denuncias esta prueba segregadora’, dice.
Ante la posibilidad de que el boicot se repita, hay protocolos de seguridad. ‘Todos los locales de rendición van a tener presencia de carabineros tanto en el interior como en el exterior’, informó ayer el subsecretario Vargas.
Por sobre todo, enfatizó que ‘cualquier llamado a boicotear o sabotear este proceso, en última instancia, perjudica directamente a los propios compañeros a quienes supuestamente se quiere beneficiar. Eso hay que decirlo con todas sus letras y hay que condenarlo categóricamente. Cualquier acto que impida el normal desarrollo de esta prueba, en definitiva, lo que hace es atentar contra el derecho a la educación’.