El Mercurio: El mal resultado de algunas universidades del CRUCh revela debilidades en el sistema

Por A. Torres

Por cuarto año consecutivo el Grupo de Estudios Avanzados en Educación Superior Universitas y “El Mercurio” dieron a conocer el “Ranking de Calidad de las Universidades Chilenas 2015” . El estudio, publicado el jueves pasado en este diario en un suplemento especial, analizó las 44 instituciones acreditadas y, por primera vez, se sumó un capítulo con la evaluación de la calidad en dos dimensiones (Proceso Formativo y Académicos) de las universidades no acreditadas.

Para comentar los resultados que arrojó este ranking 2015, convocamos a cuatros expertos en educación que analizaron los datos a la luz de las políticas educacionales que se discuten actualmente en el país. Aquí sus conclusiones.

No todo es CRUCh, Raúl Figueroa director ejecutivo de Acción Educar

“Este ranking permite identificar cómo nuestro sistema es bastante heterogéneo en materia de calidad”, dice Raúl Figueroa. Para él, estos datos permiten entender “que la calidad no está concentrada necesariamente en un grupo específico de instituciones, por ejemplo en el CRUCh, como a veces tiende a hacerse ver en la discusión pública”.

Y agrega: “De las 20 mejores del Ranking de Calidad de la Docencia de Pregrado hay cuatro universidades del G8 (U. Adolfo Ibáñez, U. Andes, U. del Desarrollo, U. Diego Portales), lo que es muy alto. Y es muy interesante no olvidar que esas universidades se financian exclusivamente con los aranceles, a diferencia de las otras universidades, que tienen financiamiento estatal directo, así que no compiten en igualdad de condiciones. Así y todo están bien consideradas y son preferidas por un número importante de alumnos”.

La gratuidad pensada para algunas instituciones de educación superior también se cuestiona a la luz de estos resultados, dice Figueroa: “Es una buena muestra de cómo se esta poniendo la carreta delante de los bueyes. De las cinco universidades peor rankeadas hay tres (UTEM, U. Arturo Prat, U. de Los Lagos, que están en los lugares 44, 43 y 42, respectivamente) que serán beneficiadas con gratuidad, mientras que de las cinco mejores del ranking , hay una que no tendrá gratuidad (U. Adolfo Ibáñez, en el lugar número 4). Esto te muestra que el criterio de selección del Gobierno para asignar los recursos es, a lo menos, discutible”.

Otro punto que llama la atención de Figueroa es el Aporte Fiscal Indirecto (AFI). “Dentro del ranking se lo considera como un elemento importante para medir la calidad de las instituciones, y al mismo tiempo el ejecutivo y el Congreso reducen a la mitad los recursos que por ese concepto las instituciones pueden recibir y lo tratan como un instrumento prácticamente perverso que debiera desaparecer… Es interesante cómo no se junta la discusión política con la discusión académica. Esa inconsistencia habla de lo desconectada que está la discusión política de la realidad del sistema educacional chileno”.

Termómetro a largo plazo, Sergio Urzúa académico U. de Maryland e investigador Clapes UC

A Sergio Urzúa no le parece extraño que haya universidades acreditadas por la CNA que tengan puntajes menores en algunas variables, como Proceso Formativo, que algunas no acreditadas (la UTEM, miembro del CRUCh, por ejemplo, tiene 13,3 puntos en ese parámetro, mientras que la UCINF, no acreditada, tiene 19,3). “En un sistema donde existe competencia, donde las universidades hacen un esfuerzo importante para mejorar, es esperable que haya no acreditadas con mejores puntajes que algunas acreditadas. Es el virtuosismo de competencia en educación superior. Hay universidades que pueden estar especializándose en distintas labores del proceso educativo y no sorprende que haya cambios en esa dimensión. Pero sí evidencia la poca justificación de ‘CRUCh o no CRUCh’ que ha movido todo el debate para la asignación de recursos públicos”.

El investigador también cree que la categoría de Universidades Docentes, solo compuesta por siete instituciones en este ranking 2015, irá en aumento. “Las universidades docentes, muy focalizadas en ciencias sociales: Psicología, Ingeniería Comercial, Derecho, todas carreras de pizarrón con costos medios por alumno, van a ser muy incentivadas con esta gratuidad”. Sin embargo, también cree que el país no debería separar docencia de investigación.

“El ranking permite hacer un seguimiento, tener información en el tiempo que tiene un tremendo valor para los estudiantes que están decidiendo dónde realizar sus estudios y para el Estado, para entender si las políticas públicas están apuntando bien o mal. Y yo estoy esperando ver el ranking en los próximos años para ver si, efectivamente, en 5 o 6 años las promesas que se han hecho en este programa, que es según algunos lo que Chile necesita, tendrá el impacto que ellos anticipan. Y si no, habrá que estar preparado para hacer los cambios necesarios”.

La importancia de los recursos, Daniela Véliz investigadora en Educación Superior del CEPPE

Cuando analiza las cuatro categorías en las que fueron divididas las universidades (Universidades Docentes, Universidades Docentes con Proyección en Investigación, Universidades de Investigación y Doctorado en Áreas Selectivas y Universidades de Investigación y Doctorado), Daniela Véliz, quien también es presidenta de la Red de Investigación Chilena en Educación (RIECH), cree que las universidades pueden pasar de una a otra, pero que en gran parte esto depende de los recursos que tengan.

“Las universidades pueden invertir para moverse un poco, pero esa movilidad (de una categoría a otra) también tiene que ver con recursos asociados. Las Universidades de Investigación y Doctorado, por ejemplo, son solamente seis (PUC, U. Chile, U. de Concepción, U. Austral, PUCV, Usach) y no han variado en todo el tiempo en que se ha hecho el ranking”.

Dentro del grupo de Universidades de Investigación y Doctorado en Áreas Selectivas hay cinco universidades del G8 (U. Adolfo Ibáñez, U. Andes, U. Diego Portales, U. Alberto Hurtado y U. Andrés Bello) de un total de 13 instituciones, las que, según Véliz, podrían verse afectadas por la reducción del Aporte Fiscal Indirecto. “No podría asegurar que eso vaya a pasar. Es algo que se está discutiendo y hay una preocupación de las universidades de que algunas pierdan recursos y eso vaya a repercutir en ciertas áreas que están potenciando. No se puede asegurar, pero puede que haya alguna repercusión”.

El ascenso de las privadas, Carlos Williamson Facultad de Economía, ex prorrector PUC

¿Por qué una universidad privada puede estar en el ranking por sobre una del CRUCh? “Lo que hace la diferencia es la capacidad de gestión, que en algunas universidades deja mucho que desear”, dice Carlos Williamson.

A este experto en educación no le sorprende que la UAI haya subido del 11º al 4º lugar. “La Adolfo Ibáñez se formó con el objetivo de hacer un aporte a la educación. La U. de Los Andes (11º lugar), lo mismo. Son dos universidades que no buscan el lucro, que tienen buenos profesionales, que lo están consiguiendo con mucho éxito y está demostrando una vez más que una universidad privada, no estatal, que tiene un proyecto académico serio y que quiere hacer una contribución relevante a la formación de profesionales de un país, puede hacerlo tan bien o mejor que universidades que cuentan con el apoyo del Estado”.

Es preocupante, agrega, que, “sobre todo ahora, con el proceso de gratuidad que se lleva adelante, estas universidades no hayan sido invitadas a participar en ese proceso y tengan que competir, hacia el futuro, en atraer alumnos cuando siguen funcionando con aranceles de matrícula, mientras que en la vereda del frente se encuentran con universidades equivalentes en demanda, pero con gratuidad”.

Williamson está convencido de que, si el aporte del Estado se mantiene solo para las universidades estatales, puede traer graves consecuencias. “Me temo que el avance que hemos visto en estas universidades privadas que están bien posicionadas, abriendo doctorados, no podrá seguir avanzando porque no habrá mayores recursos. Eso es un riesgo grande que se está corriendo”.

Pero el experto en educación también cree que la gratuidad tendrá consecuencias en universidades emblemáticas, como la U. de Chile y la PUC. “La gratuidad significa que el financiamiento de pregrado estará condicionado a los aportes que quiera hacer el Estado, y esto estará en la discusión política año tras año. Y, por lo tanto, eso pone luz de alerta respecto a las capacidades de estas universidades de seguir avanzando en calidad en un contexto financiero muy restringido. Esto les sucederá en general a todas las universidades, pero cuando tienes estrellas, como la Chile y la Católica, quisieras que las estrellas siguieran alumbrando el cielo”.

  • 4 universidades privadas del G8 son parte de las 20 mejor evaluadas
  • 3 universidades que habían estado antes en la categoría “Universidades Docentes” pasaron este año a “Universidades Docentes con Proyección en Investigación.
  • 7 puestos subió la Universidad Adolfo Ibáñez en un año. Este 2015 se posicionó en el lugar número 4.
  • Cerca de 20 puntos separan a la PUC y a la U. de Chile de la U. de Concepción, la que las sigue en la categoría “Universidades de Investigación y Doctorados.

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