El Mineduc afirma que las limitaciones que se están creando son para “focalizar los recursos” en quienes los necesitan. Cerca de 14 mil estudiantes que pertenecen al décimo decil tienen el crédito.
Uno de los cambios que más han pedido las organizaciones estudiantiles es terminar con el Crédito con Aval del Estado (CAE). Y así, en junio, el Gobierno presentó el proyecto que crea el Sistema de Financiamiento Solidario (Sifs).
La iniciativa busca reemplazar al actual préstamo, otorgando mejores condiciones, sacando a la banca del proceso y condonando la deuda luego de 15 años.
No obstante, el nuevo CAE -que está en su primer trámite en el Congreso- sería solo para los alumnos que pertenecen hasta el noveno decil de ingresos. Es decir, donde el ingreso por persona llega a los $611.728. Con esto, los jóvenes que pertenecen al 10% más rico de la población no podrían acceder al préstamo y deberían recurrir a la banca si necesitan financiar sus estudios.
Este año, casi 60 mil alumnos pidieron el CAE y, según detalla Acción Educar, hay 14 mil jóvenes que pertenecen al 10% de mayores recursos que tienen este crédito.
Debido a este escenario, el centro de estudios propone que el nuevo préstamo sea para todos quienes lo necesiten.
“El decil 10 es muy diverso: hay personas que efectivamente no necesitan ninguna ayuda del Estado, pero también existe un grupo de personas que no es sustantivamente diferente a las del decil 9, y no podrían pagar un arancel sin ningún tipo de ayuda”, afirma Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar.
La entidad ideó tres alternativas para ampliar el beneficio.
La primera es que el crédito tenga condiciones de pago más exigentes para los jóvenes del décimo decil. Por ejemplo, que la tasa de interés que se les aplique no sea de 2%, como para el resto de los alumnos, sino que mayor. O bien, que la cuota mensual que paguen sea de hasta 15% del total de sus futuros ingresos.
Otra opción es que, año a año, se revise el presupuesto y, si hay recursos, se incluya a los jóvenes de los sectores más acomodados.
Una tercera alternativa es entregarle el crédito a un alumno si el ingreso de su familia es inferior o igual al arancel más alto que tiene el sistema ($7 millones para Odontología).
Desde Educación 2020 se muestran de acuerdo con la idea de que el préstamo sea para todos. “Dentro de todo es una buena medida. Se debería usar el criterio que ya se utiliza con el CAE: que el dinero se reparta en virtud de las solicitudes de créditos”, afirma Ariel Ramos, investigador de política educativa de la institución.
Asimismo, Verónica Santelices, académica de la Facultad de Educación UC-Núcleo Milenio, sugiere condiciones diferenciadas. “El período que tienen para pagar puede ser más corto, o con un porcentaje mayor”.
De parte del Mineduc, el jefe de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, dice que cuando se creó este sistema fue un “instrumento más beneficioso posible desde el punto de vista de los estudiantes”.
Y agrega que “acotar el universo de potenciales beneficiarios al decil 9 responde a un criterio de focalización de los escasos recursos públicos”.