Al impedir cualquier tipo de selección, el nuevo Sistema de Admisión Escolar podría llevar a que los establecimientos técnicos que priorizan a estudiantes mujeres no puedan hacerlo.
Aunque han pasado casi dos años, Constanza Cortés (20) sigue recibiendo miradas curiosas cuando cuenta que estudia Ingeniería en Conectividad y Redes. ‘Muchos se sorprenden porque lo asocian con algo más masculino’, cuenta la estudiante del Duoc UC. ‘Y es cierto que son más los hombres, pero eso no significa que sea una carrera solo de ellos.
A mis compañeras siempre les digo que nos tenemos que ir abriendo camino’. Su colegio -el Técnico Las Nieves, de la Fundación Educacional Protectora de la Infancia- fue un pionero al convertirse en el primer establecimiento femenino en impartir la especialidad de Telecomunicaciones en Chile. Fue ahí que Constanza conoció por primera vez el área, encantándose con el mundo de las redes, los soportes y el open source. ‘Antes no lo veía como lo mío, pero lo tomé como un reto y me encantó. Es muy entretenida esta carrera’. La falta de representación en ciertas especialidades técnicas es un problema que evidenciaron esta semana, a través de una carta al director de este diario, María Paola Sevilla, académica de la Universidad Alberto Hurtado, y Alejandro Weinstein, gerente general de la Corporación Educacional Asimet. ‘En la Enseñanza Media Técnico-Profesional (EMTP) las mujeres están subrepresentadas en especialidades del sector industrial, como Electricidad, Metalmecánica y Telecomunicaciones’, escribieron. Y agregaban que, según las cifras, estas especialidades son las mejor pagadas del mercado.
Tres razones
De acuerdo con el Ministerio de Educación, en 2018 las mujeres representaron 47% de la matrícula de EMTP, con especialidades como Administración (26%), Atención de Párvulos (15%), Gastronomía (12%) y Contabilidad (12%). ‘Mientras que las mujeres se concentran en áreas asociadas a sectores de servicios personales, los hombres lo hacen en áreas industriales o tecnológicas’, indica Paola Sevilla. Como ejemplo, los centros de formación técnica (CFT) e institutos profesionales (IP) solo matriculan a un 4% de mujeres en carreras del área de la electricidad y electrónica. Un tema que investiga Joysy John, directora de Educación del National Endowment for Science, Technology and the Arts del Reino Unido (Nesta). De visita en Chile para participar como expositora en el Congreso Educativo Inacap, John explica que hay tres razones por las que las mujeres desisten del área de la ciencia y la tecnología. De partida, estereotipos de género que se perpetúan desde la primera infancia, al ‘regalar a los niños bloques (tipo Lego), pero no a las mujeres’, ejemplifica. Están también la falta de modelos -por años, los medios perpetuaron la imagen de científicos hombres y ancianos, plantea la académica-, su falta de confianza: aunque ellas tienen mejores calificaciones en el colegio, sienten que no serán capaces de triunfar en carreras con la etiqueta de ‘complicadas’.
¿Discriminación positiva?
Reducir las brechas entre mujeres y hombres, eliminando los sesgos, ‘resulta fundamental para impulsar el desarrollo de proyectos de vida formativos y laborales más justos’, plantea el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa (ver recuadro). De ahí que una preocupación extra sea el hecho de que el nuevo Sistema de Admisión Escolar (SAE), al no considerar como criterio prioritario de admisión el favorecer el acceso de minorías, como lo son las estudiantes mujeres en establecimientos de EMTP industriales, podría hacer que el total de mujeres que postula a estas especialidades no crezca. ‘El SAE impide cualquier tipo de selección por parte de los establecimientos, ya que la asignación se hace de manera aleatoria en caso de que haya más postulantes que vacantes dentro del colegio. Esto impide que los establecimientos puedan preferir ciertas familias o alumnos por sobre otros, como es el caso de los colegios EMTP que buscan promover la entrada de mujeres para ciertas especialidades’, explica Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar. Desde el Mineduc acogen la preocupación.
‘El proyecto de Admisión Justa que se encuentra en tramitación en el Senado podría ser una solución’, dice Figueroa. De aprobarse, permitiría que 30% de los postulantes a un establecimiento sea admitido por su concordancia con el proyecto educativo. ‘El nuevo SAE, más que perjudicar a mujeres que optan por ciertas especialidades en la EMTP, no permite discriminarlas positivamente, privilegiando su acceso en áreas tradicionalmente masculinas para propiciar un mejor balance de género. Si para estos casos se incorpora el criterio de selección de género minoritario, no solo se las puede discriminar positivamente, sino que también se da la señal que son bienvenidas a los establecimientos industriales, lo que podría llevar a aumentar también el número de postulaciones de mujeres’, plantea Sevilla.
Beneficios para todos
Equiparar las cifras del número de hombres y mujeres en ciertas especialidades técnico-profesionales supone beneficios tanto sociales como económicos. En Nesta ‘hemos hecho un análisis para ver cuáles son los trabajos que a futuro verán un aumento en su demanda, y entre las conclusiones está que no es suficiente tener habilidades digitales básicas, porque muchos de los trabajos que las requieren, con el tiempo, se automatizarán. Las habilidades donde habrá más demanda se enfocan en conocimientos más profundos, como saber sobre seguridad cibernética o de ciencia de datos’, explicó durante su paso por Chile la investigadora británica Joysy John. Según cifras de Cisco del año 2018, en Chile solo 4,6% de quienes trabajan en el área de las tecnologías de la información y comunicaciones son mujeres.