Celebran la instalación de instituciones como la Agencia de la Calidad y la Superintendencia de Educación, pero echan de menos más autonomía de los directores y les preocupa el escaso desarrollo de la gestión de emociones en el aula.
Por: Margherita Cordano
Solo tres días nos separan del comienzo de un nuevo año y el cierre de una década, que comenzó de la mano de un terremoto. La misma que en Chile vio a dos presidentes repetirse el cargo, que lloró la pérdida de vidas en un viaje a Juan Fernández y que celebró como doble campeón de la Copa América.
En educación, el piso también se movió: además de ocho ministros del área en 10 años, al movimiento estudiantil de 2011 le siguieron una serie de reformas.
Para conocer qué se considera progreso y cuáles son los temas no resueltos del sistema, ‘El Mercurio’ propuso a un grupo de actores del mundo de la educación realizar un ejercicio de reflexión. ¿Cuáles han sido los principales avances educativos de los últimos 10 años? ¿Qué temas están pendientes y necesitan protagonismo?
Coinciden José Weinstein, director del Centro de Desarrollo del Liderazgo Educativo de la U. Diego Portales, y Magdalena Vergara, directora ejecutiva de Acción Educar, en que la consolidación de ciertas políticas y programas es un avance importante de la última década.
‘La construcción del Sistema de Aseguramiento de Calidad para el sistema escolar, con capacidad de monitorear lo que ocurre en términos educativos en escuelas y liceos, así como de brindar mayores apoyos educativos a su labor, permitió modernizar la gobernanza del sistema. La instalación de la Agencia de la Calidad y la Superintendencia de Educación, con la reformulación del Consejo Nacional de Educación, son expresión de la mayor madurez institucional’, indica Weinstein.
‘En educación superior, a pesar de que la reforma deja bastantes discusiones sin resolver, la nueva institucionalidad que se crea (la Subsecretaría y la Superintendencia de Educación Superior) son un paso importante para fortalecer el nivel superior, ya que se han promovido nuevas políticas y se ha orientado a las instituciones, todo con mayor regulación -cree Vergara-. Además, es positivo el avance en cobertura y mayor equidad del sistema’.
Aun así existen aspectos pendientes. ‘Es urgente que se fortalezca el liderazgo del director, desde lo formativo, pero también entregándole mayor rango de autonomía, para que pueda tomar decisiones conforme a las necesidades de sus estudiantes’, plantea.
Vergara también repara en la educación parvularia, la que según expresa, es ‘urgente tomarla en serio’.
Carrera docente
En ese sentido, María Victoria Peralta, Premio Nacional de Educación 2019 y la primera educadora de párvulos distinguida con este reconocimiento, celebra la creación de la Subsecretaría de Educación Parvularia. ‘Como este nivel tiene muchas instituciones, entre ellas Junji, Integra y las escuelas, además del sector privado y subvencionado, se necesitaba un ente que coordinara todo’, dice.
Eso sí, cree que la coordinación aún tiene algunos pendientes. ‘Las escuelas son el sector más abandonado. Y es ahí donde se atiende a la mayoría de los niños de cinco a seis años. ¿Quién orienta, quién apoya? Es escaso lo que reciben’.
Volviendo a lo positivo, Peralta destaca el hecho de que en 2011 se ampliara el posnatal a seis meses.
‘Aunque no es un tema de educación en sí, entrega las posibilidades de una mejor educación. Que madre, padre, familia y guagua estén juntos en un período de apego, de desarrollo de confianza básica, pudiendo hacer actividades formativas, es todo un avance’, indica.
Y aunque celebra que la Ley de Carrera Docente implique una mejora en los sueldos de profesores y la oportunidad de que estos tengan ‘más horas lectivas para estudiar, planificar y hacer proyectos en común’, le complica el retardo que ha tenido en el nivel prebásico.
‘Recién se está empezando a instalar algo’, comenta al respecto.
Para José Weinstein, ‘la nueva carrera -cuya implementación se aplica desde 2016 y hasta 2026 debería permitir que la docencia de aula mejore sustantivamente tanto en el sector público, como en el privado subvencionado. Lograr atraer a la docencia mejores postulantes, mejorar la labor formativa de las facultades de Educación, acompañar el desempeño inicial de los docentes noveles, o tener ramos de desarrollo profesional durante la carrera, son acciones que deberían ir teniendo un impacto significativo en la calidad de nuestra educación’.
Gestión de emociones
A propósito de profesores, Óscar García, director del Liceo Polivalente Mariano Latorre de Curanilahue, establecimiento que comenzó la última década uniéndose a la Red de Escuelas Líderes y que la termina habiendo sido seleccionada como Liceo Bicentenario, comenta que la deserción docente es un problema al que se le debe poner urgencia.
Su sugerencia es que en los años que vienen las escuelas de Pedagogía no solo consideren la PSU para elegir postulantes, sino que también incluyan entrevistas personales. Además, fomenta que se sigan incentivando las prácticas en aula desde el primer año.
Virginia Cartes, directora del Liceo Bicentenario Colegio Metodista William Taylor de Alto Hospicio, también parte de la Red de Escuelas Líderes, destaca que en esta última década se crearan los Planes de Mejoramiento Educativo, un instrumento de planificación estratégica que permite a los establecimientos organizar de forma más sistémica sus metas.
Pero también es clara en decir que está pendiente ‘una educación dialógica, reflexiva, colaborativa y articulada. Se hace necesario dar protagonismo al desarrollo de la gestión de emociones al interior del aula’.
Nadia Valenzuela, profesora de Ciencias de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga de Angol y ganadora del Global Teacher Prize Chile 2019, agrega otro tema aplazado que considera necesario tomar en cuenta.
‘Estamos al debe con la educación medioambiental y el cuidado de nuestro planeta. Ojalá en un futuro no muy lejano tome protagonismo la educación ambiental como asignatura en el currículum nacional, tanto en educación inicial, básica y media’.
Para leer la nota ingresa aquí.