La escasa autonomía de los colegios y sus directores, quienes pasan a depender de la Dirección de Educación Pública, junto con la duplicidad de funciones entre distintos estamentos son algunos de los problemas que, según el informe, tiene la normativa.
Raúl Figueroa, director ejecutivo Acción Educar:
“La necesidad política de mostrar resultados inmediatos o de corto plazo, tiende a ser incompatible con la mirada de largo plazo que requiere el sistema educacional. Aunque el nuevo modelo propuesto considera servicios locales que permiten, en parte, desconcentrar la gestión, la influencia de la Dirección Nacional que se proponer crear y su dependencia del Ministerio de Educación implica una centralización inadecuada para satisfacer las necesidades locales y una politización inconveniente para la implementación de medidas de largo plazo que apunte a la calidad”.
“Las razones que llevan a los padres a escoger un determinado colegio para sus hijos son variadas, destacando la calidad académica, la disciplina, la infraestructura y la continuidad de las clases. Resulta evidente que para la mayoría de las familias chilenas, la educación municipal dejó de ser atractiva, en parte, porque consideran que esos factores están mejor abordados en los establecimientos particulares”.