El Mercurio: Los pros y los contras de prohibir que profesionales no docentes hagan clases

Por M. Cordano

Una vez titulada de Biología en la Universidad Católica, Luz María Couyoumdjian pudo haber optado por continuar con una especialización o buscar trabajo en un laboratorio, como hicieron muchos de los compañeros con los que egresó en 2010.

“El ambiente en el que me movía era súper académico. Y aunque investigar me parecía importante, me costaba centrarme en algo tan específico sabiendo que gran parte de la población no conocía conceptos científicos básicos”, explica.

Fue entonces que postuló a Enseña Chile, organización que invita a profesionales sin título de profesor a desempeñarse como docentes en algunas de las escuelas más vulnerables del país. Tras una selección -el año pasado se recibieron 2.500 postulaciones y se aceptó a 170-, se les capacita durante el verano, antes de que empiecen las clases. El compromiso es hacer clases durante dos años.

“En ese período uno está siempre acompañado, tienes un tutor que te observa y que te retroalimenta mes a mes”, cuenta Couyoumdjian, quien comenzó como profesora de alumnos de 7° básico a 4° medio en el Liceo Bicentenario Mary Graham de Villa Alemana.

En dos años de ejercicio, la bióloga logró elevar de 257 a 333 puntos el rendimiento de los 8° básicos en el Simce de Ciencias Naturales 2013, posicionando al colegio como el mejor de la Región de Valparaíso.

Concepción

Según datos de la Prueba Inicia, un alto porcentaje de los docentes chilenos no se maneja bien en el área. En 2012, 35% de los maestros evaluados fue calificado con conocimiento pedagógico insuficiente. Una cifra que no mejoró en la medición del conocimiento disciplinario específico: 55% está calificado en el nivel insuficiente en Matemáticas.

Los profesionales no docentes han llegado a las salas de clases, además de la razón anterior, porque existe una escasez de profesores de ciertas asignaturas, especialmente científicas.

“Hay un déficit importante de profesores especializados en áreas como Física, Química y Biología. Y aunque a veces se lee como que se trata de una forma de quitarles espacio a profesionales docentes, lo que busca es ofrecer alternativas para hacerse cargo de esta carencia a través de personas que tienen el conocimiento y también las ganas”, plantea Raúl Figueroa, director ejecutivo de Acción Educar y que ha realizado estudios sobre el tema.

Desde el Colegio de Profesores reconocen que aún hay ciertos aspectos por mejorar, pero creen que la forma de hacerlo no es a través de personas sin título de Pedagogía. La organización gremial es partidaria de derogar el artículo 46 G de la Ley General de Educación, postura que incluye el proyecto de ley de Carrera Docente. Es el estatuto que permite a profesionales titulados de otras áreas hacer clases en Educación Media.

“Todo depende de la concepción que se tiene del quehacer pedagógico. Si se entiende bajo una concepción más economicista, parece que lo único relevante es la materia que el profesor enseña; ahí un ingeniero puede ser un buen profesor de Matemáticas. Pero cuando la concepción es que la Pedagogía es un quehacer integral, que no solo tiene que ver con impartir conocimiento, sino con el desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones, incluyendo la social, afectiva, valórica y crítica, entonces se necesita que la persona estudie y aprenda conceptos relacionados con filosofía, sociología y psicología”, argumenta Mario Aguilar, prosecretario nacional del Colegio de Profesores.

La Premio Nacional de Educación y vocera del Plan Maestro, Beatrice Ávalos, concuerda con la idea. “Se debe tener una visión más amplia del rol que juega la educación en la sociedad, que tiene mucho que ver con el desarrollo psicosocial de los jóvenes. Todo eso es parte de lo que se aprende cuando uno se está formando como profesor”.

La especialista no niega que existan muchas personas que sin ser profesores tienen la vocación de enseñar, pero alienta a que esos profesionales se inscriban en los programas consecutivos que ofrecen muchas universidades, los que permiten a licenciados sacar un título de Pedagogía en aproximadamente dos años.

“Instituciones como Enseña Chile han ido entendiendo esto y están estimulando a que los jóvenes, que después de dos años siguen interesados en el área, saquen su formación docente”, plantea Ávalos.

Luz María Couyoumdjian es uno de esos jóvenes.

Más que materia

Raúl Figueroa cree importante mencionar que la ley actual sí enfatiza la importancia de que el profesor sea mucho más que alguien que solo enseña materia al limitar el tiempo en que se puede ejercer antes de especializarse. “La ley vigente dice que esta habilitación dura cinco años y que pasado ese período, para seguir haciendo clases, se deben cumplir ciertos requisitos como tener un título de Pedagogía, demostrar que se está cursando una clase conducente a este, o bien que existen competencias pedagógicas, como reglamenta el Mineduc (ver recuadro). Para eso hay que pasar una prueba de asignación de excelencia pedagógica”.

Ante este panorama, a Figueroa le parece que “siendo que el universo de profesionales haciendo clases sin ser docentes es pequeño (ver cifras) y los resultados tienen un impacto más bien positivo, parece que el cambio apunta a un interés gremial más que a uno que genuinamente busca velar por una mejora en la educación”.

  • 4.180 profesionales de otras carreras se encuentran haciendo clases actualmente. Esto representa al 2,3% de los maestros de aula en ejercicio.
  • 96%de los profesores de Enseña Chile  evaluados en la Prueba Inicia lograron nivel sobresaliente o aceptable en la categoría de conocimientos pedagógicos. El 4% que forma parte de la categoría insuficiente es menor que el 35% que alcanzan los egresados de Educación.

“Las personas siempre pueden recurrir a un libro o a la fuente donde consiguieron cierto conocimiento, pero la formación valórica, social y emocional no es algo que solo se encuentre en textos” Mario Aguilar, Colegio de Profesores.

“Estos profesionales cumplen requisitos esenciales. Tienen un alto nivel de conocimiento y presentan una fuerte vocación docente: optan por hacer clases pudiendo trabajar en sus disciplinas” Raúl Figueroa, Acción Educar.

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