El año pasado, más de un millón cien mil jóvenes estaban matriculados en una institución de educación superior, y de ellos, más de la mitad tenía una ayuda del Estado para financiar sus estudios.
Sin embargo, como las becas no necesariamente alcanzan a cubrir el valor real de las carreras, más de 58 mil alumnos debieron pedir, además, un crédito estatal. Con uno de los aranceles más altos de los países de la OCDE, en Chile el 9,1% de quienes tienen ayudas deben complementar beca con un préstamo, ya sea el Fondo Solidario o el Crédito con Aval del Estado.
A las cifras entregadas por el Mineduc deben sumarse además los préstamos que ofrecen los bancos (hoy, 66 mil jóvenes tienen uno) y los más de 20 beneficios que ofrecen las universidades para pagar las carreras, y que para muchos jóvenes se vuelven una pesada carga (ver recuadro).
¿Por qué las ayudas estudiantiles no alcanzan? Porque hoy el Mineduc fija un arancel de referencia que en promedio cubre solo 84% del valor real de las carreras. Según ha anunciado el Gobierno, prontamente se creará un comité de expertos que reevaluará la política de aranceles para iniciar la gratuidad. Consultado sobre el tema, el Mineduc declinó responder.
Inquietudes ante gratuidad
Junto a los datos de becas y créditos, información de la Comisión Ingresa -que administra el CAE- muestra que desde 2011 el número de jóvenes de los grupos de mayores ingresos que obtuvieron el crédito estatal pasaron de 3 mil a 12 mil el año pasado.
Y aunque esos datos confirman que incluso alumnos con más recursos requieren apoyo, los expertos plantean sus inquietudes ante el compromiso de la gratuidad. Con distintas visiones, coinciden en que es clave definir qué se va a financiar, porque los recursos son escasos.
“Hoy no podemos entregar más recursos a universidades que no tienen asegurada su calidad o están siendo investigadas por vulneración al lucro. Nosotros estamos de acuerdo con la gratuidad, pero entendemos que es imposible asegurarla en el corto plazo. Tenemos una serie de temas que resolver en parvularia, escolar y técnico-profesional”, dice Manuel Sepúlveda, director de política educativa de Educación 2020.
Por su lado, Andrés Bernasconi, director del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación de la UC, indica: “Para reducir la brecha que enfrentan los estudiantes más vulnerables, no me parece que la gratuidad sea el mejor camino, porque el Gobierno podría aumentar el financiamiento de becas y créditos condicionando a que las universidades mantuvieran los aranceles en un nivel que permitiera el financiamiento completo para esos grupos”.
Y agrega que aunque la gratuidad resolvería el problema del endeudamiento para los alumnos, puede crear un inconveniente a las instituciones, porque será muy difícil que la comisión de expertos pueda “acertar” correctamente en definir los valores de cada carrera, dejando a algunos planteles sobrefinanciados y a otros con déficit.
Autonomía
Por lo mismo, Raúl Figueroa, director de Acción Educar, ve con preocupación cuáles serán las exigencias que el Gobierno ponga a los planteles para acceder a la gratuidad, porque dice que se podría vulnerar su autonomía.
“Sería mejor perfeccionar el sistema de becas y créditos para que combinándolos haya aporte estatal para la totalidad de la población, pero sin dar gratuidad a los más ricos, sino que un buen sistema de créditos”, asegura Figueroa.
25.016
jóvenes del quintil más pobre tienen Crédito con Aval del Estado. En el grupo de más ingresos son 12.832.
642.148
estudiantes cuentan con algún tipo de ayuda estudiantil del Estado. 9,1% tiene beca y crédito.
66.088
jóvenes están pagando un préstamo bancario para financiar los costos de sus estudios superiores.
Valentina González, becada: “Voy a estar veinte años pagando”
Así como pasa con las becas estatales, las que entregan los planteles tampoco cubren todos los costos.
Gustavo Aguayo es egresado de la carrera de Pedagogía en Inglés de la U. Pedro de Valdivia de Chillán. Obtuvo una beca de la institución, pero que solo costea el 35% del arancel anual. Por ello tuvo que pedir un crédito con aval del Estado en Corpbanca por $4,5 millones: “Para terminar mis estudios debo hacer dos tesis, pero las cobranzas comenzaron a llegar hace poco, y me di cuenta de que no las puedo pagar”.
Cuando fue dirigente universitario participó, junto a sus compañeros, de algunas movilizaciones para bajar el interés del CAE. Hoy no ve una solución para las cuotas que deberá cancelar.
Valentina González es periodista de la U. Diego Portales y trabaja en la fundación Base Pública. Cuando cursaba el segundo semestre de la carrera su padre murió, y le otorgaron una beca por el 50% del arancel. Para cubrir la diferencia, pidió un crédito con aval del Estado en el BancoEstado; su deuda es de $9,4 millones.
“Lo más terrible de todo es que son 240 cuotas. Voy a estar veinte años pagando este crédito. En octubre de 2014 empecé a pagar las cuotas de $71 mil, aunque si pago mi crédito los primeros cinco días hábiles del mes, tengo una reducción del 19%. Es decir, pago entre $56 mil y $57 mil pesos, según la variación de la UF”, detalla.